[Lic.
Nélida Escudero] 05/04/2001
Departamento de RRHH
Schipani & Asociados

En nuestro país una gran parte de las empresas son familiares.
La economía argentina se ha apoyado durante muchos años
en empresas que han sido fundadas por un "pionero". Un hombre,
inteligente, intuitivo y con gran empuje, que tuvo la capacidad para ver
un negocio, emprenderlo y dedicar su vida a él.
El alto nivel de compromiso con que encaró su proyecto le permitió
transformar su negocio en una empresa.
Son numerosas las ventajas competitivas que tiene en su inicio desde el
punto de vista de la gestión la empresa crece y la familia también.
La modalidad de organización con que se maneja la empresa durante
el período de desarrollos puede resultar satisfactoria. Más
tarde aparecen otras urgencias que no se pueden resolver con la organización
primitiva y se torna imprescindible que cuente con una estructura organizada.
La situación se complica cuando se incorporan los descendientes
que, al igual que la empresa crecieron.
Frecuentemente se confunden los roles familiares con los de la empresa,
bajo esa circunstancia suele darse que ocupen puestos jerárquicos
quienes dentro de la familia ocupan un lugar mas privilegiado. La confusión
que esto produce va no solo en detrimento de la empresa sino de las personas.
La coherencia entre la competencia y el rol debería seguir siendo
una exigencia aunque quien desempeñe el rol sea un miembro de la
familia. Esta yuxtaposición de roles lleva a conflictos familiares
y a resentimientos entre quienes creen deberían ocupar en la empresa
un lugar más relevante.
Es bastante frecuente ver empresas que no sobreviven a su fundador y en
cambio otras que han crecido a partir de la desaparición de este.
El Ingreso de la familia a la empresa puede ser una oportunidad para la
consolidación y el crecimiento o ser una fuente de conflicto del
cual salgan debilitadas las dos.
Es importante que el fundador redefina su posición a partir de
la incorporación de sus descendientes, que porción de poder
está dispuesto a delegar, que decisiones va a compartir o no y
en que lapso de tiempo.
Planificar el ingreso de los herederos. Separar los roles familiares de
los roles que se desempeñan en la empresa. Revisar la modalidad
de gestión vigente, los procesos, las competencias de quienes se
hacen cargo de estos procesos. Dar oportunidad para el aprendizaje, y
para la incorporación de nuevas modalidades de gestión.
Plantear reglas claras donde cada uno sepa que le puede ofrecer a la empresa
y que puede esperar de ella.
Profecionalizar la empresa familiar es el único camino para su
sobrevivencia.


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