DIEZ
ELEMENTOS CLAVES DE ECONOMÍA
Autores
Académicos
adjuntos del Cato Institute,
Gwartney también profesor de economía y ciencias políticas
en la Florida State University Stroup profesor de economía en Montana
State University.
Este es un capítulo de su libro What Everyone Should Know About
Economics and Prosperity,
(Tallahassee, Fla.: The James Madison Institute, 1996).
Indice

1. LOS INCENTIVOS IMPORTAN
Toda la teoría económica se basa en el postulado que los
cambios en los incentivos influencian el comportamiento humano en una
manera predecible. Los beneficios personales y los costos influencian
nuestras opciones. Si los beneficios derivados de una opción se
incrementan, es muy probable que la gente la escoja. Por el contrario,
si los costos personales de una opción se incrementan, sería
menos probable que la gente opte por ésta.
Este postulado básico de la economía es una herramienta
poderosa debido a que su aplicación es muy amplia. Los incentivos
afectan el comportamiento en virtualmente todos los aspectos de nuestras
vidas, en un rango que va desde las actividades del mercado y la toma
de decisiones en el hogar hasta las opciones políticas.
En el mercado, el postulado básico indica que si los precios de
un bien aumentan, los consumidores comprarán menos de éste;
en cambio, los productores por otra parte, ofertarán más
del bien en vista que el aumento de precio hace más rentable producir
el mismo. Ambos, los compradores y vendedores responden a incentivos.
Los precios del mercado pondrán sus acciones en armonía.
Si la cantidad que los compradores desean adquirir excede la cantidad
que los vendedores están dispuestos a proveer, los precios aumentarán.
El precio más alto desincentivará el consumo y estimulará
la producción del bien o el servicio, poniendo en equilibrio la
cantidad demandada y la cantidad ofertada. Por el contrario, si los consumidores
no tienen deseos de comprar la cantidad producida de un bien, se acumularán
los inventarios y habrá una presión descendente en el precio.
A su vez, el precio más bajo estimulará el consumo y retardará
la producción hasta que la cantidad demandada por los consumidores
esté nuevamente en equilibrio con la producción del bien.
El mercado funciona debido a que los compradores y vendedores alteran
su comportamiento en respuesta a cambios en los incentivos.
Desde luego, este proceso no funciona instantáneamente. Tomará
algún tiempo para que los compradores respondan completamente a
un cambio en el precio. De manera similar, tomará tiempo para que
los productores construyan una nueva planta en respuesta a los incrementos
de los precios o reduzcan la producción si los precios se reducen.
De cualquier manera, las implicaciones son claras, los precios del mercado
coordinarán las acciones de ambos, compradores y vendedores y pondrán
a éstos en armonía.
La respuesta de los compradores y vendedores a los altos precios de la
gasolina en la década de los setenta ilustra la importancia de
incentivos. Así como aumentaron los precios de la gasolina, se
redujeron los viajes más prescindibles y varias personas acordaron
viajar en un solo vehículo. Gradualmente, se cambiaron a carros
más pequeños, más eficientes en el uso de gasolina
con el objeto de reducir aún más el consumo de combustible.
Al mismo tiempo, los proveedores de petróleo en los Estados Unidos
incrementaron sus perforaciones, utilizando técnicas de inundaciones
para recuperar más petróleo de los pozos existentes, y explorando
más intensamente en busca de nuevas fuentes de petróleo.
A comienzos de la década de los ochenta, esta combinación
de factores redujo la presión sobre los precios del petróleo
crudo.
Los incentivos también influencian las opciones políticas.
La persona que compra en el supermercado es la misma persona que escoge
entre alternativas políticas. En la mayor parte de los casos, los
votantes muy probablemente apoyarán a los candidatos y a las políticas
que les proporcionan beneficios personales. Por el contrario, tenderán
a oponerse a las opciones políticas cuando los costos personales
son altos en relación con los beneficios por obtenerse.
El postulado básico de la economía, que los incentivos importan,
es tan aplicable bajo el socialismo como en el capitalismo. Por ejemplo,
en la antigua Unión Soviética, los gerentes y empleados
de las plantas de vidrio fueron premiados durante un tiempo de acuerdo
a las toneladas de láminas de vidrio producidas. Por lo tanto,
no debe sorprender que la mayor parte de las plantas produjeron láminas
de vidrio tan gruesas que uno apenas podía ver a través
de ellas. Las reglas se cambiaron de manera que los gerentes fueran premiados
de acuerdo con los metros cuadrados de vidrio producidos. Los resultaron
fueron predecibles. Bajo las nuevas reglas las empresas produjeron un
vidrio tan delgado que se rompía fácilmente. Los cambios
en incentivos influencian las acciones bajo todas las formas de organización
económica. Algunos críticos han acusado que el análisis
económico sólo ayuda a explicar las acciones de materialistas
codiciosos y egoístas. Este punto de vista es falso. La gente actúa
por una variedad de razones, algunas egoístas y algunas humanitarias.
El postulado básico de la economía se aplica a ambos, el
altruista y el egoísta. Las opciones de ambos serán influenciadas
por los cambios en los costos y los beneficios personales. Por ejemplo,
tanto el altruista como el egoísta seguramente intentarán
rescatar a un niño pequeño en una piscina de tres pies antes
que hacerlo en las rápidas corrientes cercanas a las cataratas
del Niagara.
De manera similar, ambos por seguro darán sus ropas usadas a una
persona necesitada antes que sus mejores atuendos. Los incentivos influencian
las opciones de ambos.
2. NO HAY TAL COSA COMO UN ALMUERZO GRATIS
La escasez nos restringe. La realidad de la vida en nuestro planeta es
que los recursos productivos son limitados, mientras que los deseos humanos
por bienes y servicios son en realidad ilimitados. En vista de que no
podemos tener mucho de todo como desearíamos, estamos forzados
a escoger entre alternativas.
Cuando se utilizan recursos para producir el bien A, por ejemplo un centro
comercial, la acción desvía recursos de la producción
de otros bienes que también son deseados. El costo del centro comercial
es el valor más alto de un paquete de otros bienes que se pudieron
haber producido y consumido, pero ahora deben sacrificarse debido a que
los recursos requeridos se utilizaron en su lugar para construir el centro
comercial. El uso de recursos para producir algo reduce su disponibilidad
para producir otras cosas. De esta manera, el uso de recursos escasos
siempre involucra un costo; no hay tal cosa como un almuerzo gratis.
Los costos juegan una función importante, ellos ayudan a equilibrar
nuestros deseos por un bien frente a nuestro deseo por más de otros
bienes que se pueden producir en su lugar. Si nosotros no consideramos
estos costos, terminaremos utilizando recursos escasos para producir cosas
erradas, bienes que no valoramos tanto como otras cosas que podrían
haberse producido.
En una economía de mercado, las demandas de los consumidores y
los costos de los productores desempeñan esta función de
equilibrio. En esencia, la demanda por un producto es la voz de los consumidores
instruyendo a las empresas a producir un bien. Sin embargo, para producir
el bien los recursos deben desviarse de sus usos alternativos, principalmente
la producción de otros bienes. Los productores incurren en costos
cuando ellos desvían recursos de la producción de otros
bienes. Estos costos de producción representan la voz de los consumidores
diciendo que otros bienes que podrían producirse con los recursos
son también deseados.
Los productores tienen un fuerte incentivo para ofertar aquellos bienes
que pueden venderse por mucho o más que los costos de producción.
Esta es otra manera de decir que los productores tenderán a ofertar
aquellos bienes que los consumidores valoran más en relación
a sus costos de producción.
Desde luego, un bien puede proveerse gratis a un individuo o grupo si
otros pagan la cuenta. Sin embargo, esta acción meramente cambia
los costos, no los reduce. Los políticos frecuentemente hablan
de "educación gratuita", "atención médica
gratis" o "vivienda gratis". Esta terminología es
engañosa. Ningunas de estas cosas son gratis. Se requieren recursos
escasos para producir cada uno de estos servicios. Por ejemplo, los edificios,
el trabajo, y otros recursos utilizados para la enseñanza pudieran
haber sido utilizados en la producción de más alimentos,
recreación, entretenimiento u otros bienes. El costo de la enseñanza
es el valor de aquellos bienes a los que se debe renunciar debido a que
los recursos requeridos para su producción fueron en cambio utilizados
para la enseñanza. Los gobiernos pueden ser capaces de cambiar
los costos, pero no pueden evitarlos. El concepto "los recursos escasos
tienen un costo" se aplica a todo.
Desde luego, con el transcurso del tiempo seremos capaces de descubrir
mejores maneras de hacer las cosas y mejorar nuestro conocimiento acerca
de cómo transformar recursos escasos en los bienes y servicios
deseados. Claramente éste ha sido el caso. Durante los últimos
250 años hemos sido capaces de mitigar la carga de la escasez y
mejorar nuestra calidad de vida. Sin embargo, esto no cambia el punto
fundamental—aún confrontamos la realidad de la escasez. El
uso de más trabajo, máquinas, y recursos naturales para
producir un bien nos obliga a renunciar a otros bienes que de otra manera
podrían haberse producido.

3. EL INTERCAMBIO VOLUNTARIO PROMUEVE EL
PROGRESO ECONÓMICO
La ganancia mutua es el fundamento del comercio. Las partes se ponen de
acuerdo para un intercambio porque ellos anticipan que éste mejorará
su bienestar. La motivación para el intercambio en el mercado puede
resumirse en la frase "si tú haces algo bueno por mí,
yo haré algo bueno por ti". El comercio es productivo, permite
que cada una de las partes que comercian obtengan más de lo que
desean.
Hay tres razones principales por las cuales el comercio es productivo
y porque se incrementa la riqueza de la gente. Primero, el comercio canaliza
bienes y servicios a aquellos que mejor lo valoran. Un bien o servicio
no tiene valor solo porque existe. Las cosas materiales no constituyen
riqueza hasta que estén en las manos de alguien que las valora.
Las preferencias, el conocimiento, y los objetivos de la gente varían
ampliamente. Por lo tanto, un bien que en realidad no tiene valor para
una persona pudiera ser una piedra preciosa para otra. Por ejemplo, un
libro altamente técnico en electrónica, que no tiene valor
para un coleccionista de arte, puede valer cientos de dólares para
un ingeniero. De manera similar, una pintura que es poco apreciada por
un ingeniero puede ser un objeto de gran valor para un coleccionista de
arte. Por lo tanto, un intercambio voluntario que pone a disposición
el libro electrónico a un ingeniero y la pintura a un coleccionista
de arte aumentará el valor de ambos bienes. Simultáneamente,
el intercambio incrementará la riqueza de ambas partes que comercian
y también de la nación porque mueve bienes de gente que
los valora menos hacia gente que los valora más.
Segundo, el intercambio permite que las partes que negocian ganen especializándose
en la producción de aquellas cosas que hacen mejor. La especialización
nos permite expandir la producción total. Un grupo de individuos,
regiones, o naciones, será capaz de lograr una mayor producción
cuando cada uno de ellos se especialice en la producción de bienes
y servicios que pueden proveer a bajo costo, y utilizan los ingresos provenientes
de las ventas para comerciarlos por bienes deseados que únicamente
puedan proveerse a un alto costo. Los economistas se refieren a este principio
como la ley de la ventaja comparativa.
En muchas maneras, las ganancias del comercio y la especialización
son de sentido común. Los ejemplos abundan. El comercio permite
a un carpintero habilidoso especializarse en la producción de marcos
para las viviendas mientras comercializa las ganancias por la venta de
casas para comprar alimentos, ropa, automóviles, y miles de otros
bienes que el carpintero no es hábil para producir. De manera similar,
el comercio permite a los agricultores canadienses especializarse en la
producción de trigo y utilizar las ganancias de la venta para comprar
café de Brasil, un producto que solo lo podrían producir
a un alto costo. Simultáneamente, es más barato para los
brasileños usar los recursos para cultivar café y comercializar
las ganancias para obtener trigo canadiense. La producción total
aumenta y ambos socios comerciales ganan.
Tercero, el intercambio voluntario nos permite obtener ganancias derivadas
del esfuerzo cooperativo, división del trabajo y la adopción
de métodos de producción en gran escala.
En la ausencia de intercambio, la actividad productiva estaría
limitada a escala familiar. Auto-suficiencia y producción en pequeña
escala sería la regla. El intercambio nos permite tener un mercado
más amplio para nuestra producción, y de esta manera ser
capaces de separar el proceso de producción en una serie de operaciones
específicas con el objeto de planear acciones de mayor producción
que frecuentemente conducen a un enorme incremento en la producción
por trabajador.
Adam Smith, el "padre de la economía" enfatizó
la importancia de los beneficios de la división del trabajo hace
más de 200 años. Al observar el funcionamiento de un fabricante
de alfileres, Smith notó que la producción de alfileres
se descomponía en "18 distintas operaciones", cada una
a cargo de trabajadores específicos. Cuando los trabajadores estuvieron
especializados en una función productiva, fueron capaces de producir
4.800 alfileres por trabajador al día. Sin especialización
ni división del trabajo, Smith dudó que un trabajador individual
hubiera sido capaz de producir ni siquiera 20 alfileres por día.
La especialización permite a los individuos aprovechar las diversidades
de sus habilidades y destrezas. También permite a los empleadores
asignar tareas a los trabajadores que son más capaces de cumplirlas.
Aun más importante, la división del trabajo nos permite
adoptar técnicas de producción complejas y en gran escala
que no serían ni remotamente posibles de realizar a escala familiar.
Sin embargo, sin el intercambio comercial estas ganancias se perderían.
4. LOS COSTOS DE TRANSACCION SON OBSTACULOS PARA EL INTERCAMBIO;
REDUCIR ESTE OBSTACULO AYUDARÁ A PROMOVER EL PROGRESO ECÓNOMICO
El intercambio voluntario es productivo porque promueve la cooperación
social y nos ayuda a obtener más de lo que queremos. Sin embargo,
el intercambio también es costoso. Al tiempo, esfuerzo y otros
recursos necesarios para buscar, negociar y concluir un intercambio se
les llama costos de transacción. Los costos de transacción
son un obstáculo a la creación de riqueza. Ellos limitan
tanto nuestra capacidad productiva y la obtención de ganancias
de negocios mutuamente ventajosos.
Los costos de transacción algunas veces son altos debido a obstáculos
físicos, tales como océanos, ríos, pantanos y montañas.
En estos casos, se pueden reducir los costos mediante inversiones en caminos
y mejoramiento del transporte y las comunicaciones. En otras situaciones,
los costos de transacción pueden ser altos debido a obstáculos
creados por el hombre tales como impuestos, requerimientos de licencias,
regulaciones del gobierno, controles de precios, tarifas o cuotas. No
importa que los obstáculos sean físicos o hechos por el
hombre, los altos costos de transacción reducen las ganancias potenciales
del comercio. Por el contrario, la reducción en los costos de transacción
aumenta las ganancias y por lo tanto promueven el progreso económico.
La gente que provee con información y servicios a los socios comerciales,
que los ayudan a realizar acuerdos comerciales y a tomar mejores decisiones,
están supliendo algo valioso. Tales especialistas o intermediarios
incluyen a los agentes de bienes raíces, corredores de bolsas,
distribuidores de automóviles, publicistas de anuncios clasificados,
y una variedad de comerciantes.
Algunas veces la gente cree que los intermediarios son innecesarios, que
ellos meramente incrementan los precios de los bienes sin proveer beneficios
ni al comprador ni al vendedor. Una vez que reconozcamos que los costos
de transacción son un obstáculo al comercio, es fácil
ver la falacia de este punto de vista. Consideremos al comerciante de
una tienda de víveres, el que en esencia provee servicios de intermediario
que hacen más barato y más conveniente a los productores
y a los consumidores de alimentos hacer negocios unos con otros. Piense
en el tiempo y el esfuerzo que estarían involucrados en la preparación
incluso de una simple comida si los compradores tuvieran que entenderse
directamente con los agricultores cuando compran sus hortalizas; con los
citricultores cuando compran frutas; con los productores de leche si desean
mantequilla, leche o queso; o con el ganadero o el pescador si adquieren
carne o pescado. Los comerciantes de víveres realizan los debidos
contactos con los productores en beneficio de los consumidores, transportan
los productos y los venden en localidades convenientes para este propósito,
así como mantienen inventarios satisfactorios. Los servicios de
los tenderos y otros intermediarios reducen los costos de transacción
y facilitan a los compradores y vendedores potenciales obtener ganancias
del comercio. Estos servicios aumentan el volumen del comercio y por lo
tanto promueven el progreso económico.
5. LOS AUMENTOS EN EL INGRESO REAL SON DEPENDIENTES DEL
INCREMENTO EN LA PRODUCCION REAL
Un ingreso y estándar de vida más altos son dependientes
de una productividad y producción mayores. Existe una relación
directa entre el ingreso per cápita de la nación y su producción
per cápita. En esencia, producción e ingreso son lados opuestos
de la misma moneda. La producción es el valor de los bienes y servicios
producidos medido por los precios pagados por los compradores. El ingreso
es la ganancia pagada a la gente (incluyendo la ganancia residual del
empresario) que suplió los recursos que generaron la producción.
Éste también debe ser igual al precio de venta del bien.
Considere el siguiente ejemplo: suponga que una compañía
de construcción contrata trabajadores y compra otros recursos como
madera, clavos y ladrillos para producir, en este caso, una casa. Cuando
se vende la casa a un comprador, el precio de venta es una medida de la
producción. Simultáneamente, la suma de los pagos a los
trabajadores, proveedores de otros recursos, y el ingreso residual recibido
por la compañía de construcción (el cual puede ser
positivo o negativo) es una medida del ingreso. Ambos, la producción
y el ingreso, se suman en el precio de venta del bien, el cual representa
el valor de lo producido.
Una vez que se reconoce el enlace entre la producción y el ingreso
se clarifica la fuente real del progreso económico. Nosotros mejoramos
nuestro estándar de vida (ingreso) imaginándonos como producir
más cosas que la gente valora. Por ejemplo, el progreso económico
es dependiente de nuestra habilidad de construir una casa mejor, computadora
o cámara de video con el mismo o menos cantidad de trabajo y otros
recursos. Sin incrementos en la producción real—que es la
producción ajustada a la inflación—no puede aumentar
el ingreso ni mejorar nuestro nivel de vida.
Algunas comparaciones históricas ilustran este punto. En promedio,
los trabajadores de los Estados Unidos, Europa y Japón generan
cerca de cinco veces más producción per cápita (por
persona) en comparación con lo que sus antecesores producían
hace 50 años. De manera similar, el ingreso per cápita ajustado
a la inflación—lo que los economistas llaman ingreso real—es
aproximadamente 5 veces más alto.
La producción por trabajador también es la responsable de
las diferencias de ingresos por trabajador entre los países. Por
ejemplo, el trabajador promedio en los Estados Unidos es más educado,
trabaja con máquinas más productivas y se beneficia de una
organización más eficiente que un trabajador en la India
o China. De esta manera, el trabajador promedio de los EE.UU. produce
aproximadamente 20 veces tanto valor de la producción como un trabajador
promedio en India y China. El trabajador de los Estados Unidos gana más
debido a que ellos producen más. Si no produjeran más, no
serían capaces de ganar más.
Muchas veces los políticos hablan erróneamente como que
si la creación de empleos fuera la fuente del progreso económico.
Durante su campaña, el ex Presidente Bush argumentó que
su programa económico tenía tres pilares: "empleo,
empleo y empleo''. El Presidente Clinton afirmó que los empleos
fueron el tema central de su política económica. Enfocarse
en empleos es una fuente potencial de confusión. Más empleos
no promoverán el progreso económico a menos que el empleo
expanda la producción. Nosotros no necesitamos más empleos
per se. Lo que necesitamos es más trabajadores productivos, más
maquinarias que aumenten la productividad, y una organización económica
de manera que aumente la producción per cápita.
Algunos observadores argumentan que la tecnología afecta negativamente
a los trabajadores. De hecho, lo opuesto es la verdad. Una vez que se
reconozca que la expansión de la producción es la fuente
de salarios más altos, el impacto positivo del mejoramiento en
la tecnología es evidente: mejor tecnología hace posible
que los trabajadores produzcan más y de esta manera ganen más.
Por ejemplo, los agricultores generalmente pueden producir más
cuando emplean un tractor en lugar de caballos. Los contadores pueden
manejar más contabilidades de negocios usando microcomputadoras
en lugar de un lápiz y una calculadora. Una secretaria puede preparar
más cartas cuando trabaja con un procesador de palabras en lugar
de una máquina de escribir.
Algunas veces se eliminarán trabajos específicos. Claramente
la tecnología moderna ha eliminado muchos empleos de operadores
de ascensores, herreros, trabajadores domésticos, cavadores de
zanjas, y fabricantes de carrozas. Sin embargo, estos cambios meramente
liberan recursos humanos que pueden utilizarse para expandir la producción
en otras áreas. Otras tareas ahora pueden realizarse con los nuevos
recursos liberados y, como resultado, seremos capaces de alcanzar un estándar
de vida más alto, lo cual no hubiera sido posible de ser otro el
caso.
Reconocer el enlace entre producción e ingreso también facilita
ver porqué la legislación de salarios mínimos y los
sindicatos fracasan en incrementar los salarios totales de los trabajadores.
Un salario mínimo muy alto forzará a salir del mercado a
los trabajadores pocos calificados. Por lo tanto, se reducirá su
empleo, disminuyendo la producción total. Mientras que algunos
trabajadores individuales podrían ser favorecidos, el ingreso total
per cápita será más bajo debido a que la producción
per cápita habrá disminuido.
De igual manera, los sindicatos pueden reducir la competencia de los trabajadores
no sindicalizados y consecuentemente elevar los salarios de los miembros
de los sindicatos. Pero sin aumentos conmensurables en la productividad
de los trabajadores, los sindicatos son incapaces de aumentar los salarios
de todos los trabajadores. Si ellos pudieran, el salario promedio en un
país altamente sindicalizado como es el Reino Unido sería
más alto que en los Estados Unidos. Pero esto no es lo que observamos.
Los salarios en el Reino Unido son por lo menos 40% más bajos que
en los Estados Unidos, aún cuando cerca de la mitad de la fuerza
laboral del Reino Unido está sindicalizada, comparado con menos
del 20% en los Estados Unidos.
Sin una alta productividad por trabajador, no puede haber salarios altos
por trabajador. De manera similar, sin crecimiento en la producción
de bienes y servicios valorado por los consumidores no puede haber crecimiento
en el ingreso real de la nación. La producción provee la
fuente de ingresos.

6. LAS CUATRO FUENTES DEL
CRECIMIENTO DEL INGRESO SON (a) MEJORAMIENTO DE LAS HABILIDADES DE LOS
TRABAJADORES, (b) FORMACIÓN DE CAPITAL, (c) MEJORAMIENTO TECNOLÓGICO,
Y (d) MEJOR ORGANIZACIÓN ECONÓMICA
Los bienes y servicios que se proveen para nuestro estándar de
vida no suceden porque sí. Su producción requiere trabajo,
inversión, cooperación, maquinaria, inteligencia y organización.
Estas son las cuatro mayores fuentes de producción y crecimiento
del ingreso.
Primero, el mejoramiento en las habilidades de los trabajadores promoverá
el crecimiento económico. Los trabajadores calificados son más
productivos. ¿Cómo mejoran los individuos sus habilidades?
Principalmente invirtiendo en ellos mismos por medio del desarrollo de
sus habilidades naturales. Literalmente hay miles de maneras mediante
las cuales la gente mejora sus habilidades, pero la mayor parte de ellas
involucran estudio y práctica. Por lo tanto, la educación,
la capacitación y la experiencia son las maneras primarias de la
gente para mejorar sus habilidades.
Segundo, la formación de capital puede incrementar también
la productividad de los trabajadores. Los trabajadores pueden producir
más si trabajan con más y mejores máquinas. Por ejemplo,
un leñador puede producir más cuando trabaja con una sierra
mecánica en lugar de una hacha. De igual forma, un trabajador con
un camión puede acarrear más que con una mula y una carreta.
Permaneciendo otras cosas constantes, la inversión en herramientas
y máquinas nos puede ayudar a aumentar la producción en
el futuro. Sin embargo, la inversión no es un almuerzo gratis.
Los recursos utilizados para producir herramientas, máquinas y
fábricas pueden también utilizarse para producir alimentos,
ropa, automóviles y otros bienes de consumo. La economía
se basa en intercambios. Sin embargo, sí indica que la gente que
ahorra e invierte más será capaz de producir más
en el futuro.
Tercero, la mejora en tecnología—nuestro conocimiento acerca
de cómo transformar recursos en bienes y servicios—nos permitirá
alcanzar una mayor producción futura. El uso de la inteligencia
para descubrir económicamente nuevos productos y/o nuevos métodos
de producción menos costosos, es una fuente poderosa de progreso
económico. Durante los últimos 250 años, el mejoramiento
tecnológico ha transformado literalmente nuestras vidas. Durante
este período de tiempo, la máquina de vapor y luego la máquina
de combustión interna, la electricidad y la energía nuclear
reemplazaron la fuerza humana y animal como la mayor fuente de energía.
Los automóviles, buses, trenes y aviones sustituyeron a las mulas
y las carrozas (y caminar) como los principales métodos de transporte.
Los avances tecnológicos continúan cambiando nuestra manera
de vivir. Considere el impacto de los equipos de discos compactos, micro-computadores,
procesadores de palabras, microondas, videocámaras, caseteras,
aire acondicionado para automóviles; el desarrollo y mejoramiento
de estos productos durante las últimas dos décadas ha cambiado
la forma en que trabajamos, jugamos, y nos entrenamos.
Finalmente, las mejoras en la organización económica también
pueden promover el crecimiento económico. De las cuatro fuentes
de crecimiento, éste es quizás el que se pasa por alto más
frecuentemente. El sistema legal de un país influencia el grado
de la cooperación económica. Históricamente, las
innovaciones legales han sido una fuente importante de progreso económico.
Durante el siglo XVIII un sistema de patentes proveyó a los inversionistas
con el derecho de propiedad privada sobre sus ideas. Por la misma época,
el reconocimiento de la corporación como una entidad legal redujo
el costo de formar grandes compañías que fueron frecuentemente
necesarias para la producción en masa de bienes manufacturados.
Estos avances en la organización económica aceleraron el
crecimiento de la producción en Europa y Norteamérica.
La efectiva organización económica facilitará la
cooperación social y canalizará recursos hacia la producción
de bienes que la gente valora. Por el contrario, la organización
económica que protege prácticas despilfarradoras y fracasa
en premiar la creación de riqueza retardará el progreso
económico.
7. EL INGRESO ES LA COMPENSACIÓN
DERIVADA DE LA PROVISIÓN DE SERVICIOS A OTROS, ES DECIR, LA GENTE
GANA UN INGRESO AYUDANDO A OTROS
La gente difiere respecto a sus habilidades productivas, preferencias,
oportunidades, desarrollo de habilidades especiales, disposición
a tomar riesgos y suerte. Estas diferencias influyen los ingresos porque
éstas afectan el valor de los bienes y servicios que los individuos
serán capaces o están dispuestos a proveer a los demás.
Mientras consideramos las diferencias entre la gente, no debemos perder
de vista lo que es precisamente el ingreso. El ingreso es simplemente
la compensación que se recibe a cambio de los servicios productivos
provistos a otros. La gente que tiene un ingreso alto brinda a otros de
muchas cosas que estos valoran. Si ellos no lo hicieran, otra gente no
estaría dispuesta a pagarles generosamente. Aquí hay una
moraleja. Si uno quiere ganar un ingreso alto, uno debe imaginarse la
manera de ayudar mucho a otros. Lo contrario también es cierto.
Si uno es incapaz y no tiene deseos de ayudar mucho a los demás,
su ingreso será muy bajo.
Este enlace directo entre ayudar a otros y recibir ingreso provee un fuerte
incentivo para adquirir habilidades y desarrollar talentos que son altamente
valorados por los demás. Los estudiantes universitarios estudian
largas horas, soportan tensiones e incurren en los costos financieros
de la enseñanza con el objeto de llegar a ser, por ejemplo, doctores,
químicos e ingenieros. Otra gente adquiere capacitación
y experiencia que los ayudará a desarrollarse como electricistas,
trabajadores de mantenimiento o programadores de computación. Aún
otros invertirán y comenzarán un negocio. ¿Por qué
la gente hace estas cosas? Sin lugar a dudas muchos factores influencian
tales decisiones. En algunos casos los individuos pueden ser motivados
por un fuerte deseo personal de mejorar el mundo en que viven. Sin embargo,
y este es el punto clave, incluso la gente que está motivada primordialmente
por el aliciente del ingreso tiene un fuerte incentivo para desarrollar
habilidades y realizar inversiones que son valiosas para otra gente. La
provisión de servicios que otros valoran es el origen de los altos
ingresos. Por lo tanto, cuando los mercados determinan los ingresos, incluso
los individuos motivados primordialmente por lograr un ingreso personal
tendrán un fuerte incentivo para prestar estrecha atención
a que las otras personas valoran.
Alguna gente tiene la tendencia a pensar que los individuos que tienen
ingresos altos explotan a otros. Es fácil ver la falacia de este
punto de vista si se reconoce que el ingreso es la compensación
recibida por ayudar a los demás. La gente que gana un ingreso alto
casi siempre mejora el bienestar de un largo número de personas.
Las estrellas del entretenimiento y los atletas que ganan inmensas sumas
de dinero lo logran porque hay millones de personas dispuestas a pagar
por verlos actuar. Los empresarios que tienen un éxito enorme,
lo logran al haber hecho accesible sus productos a millones de personas.
El finado Sam Walton (fundador de los almacenes Walmart) se convirtió
en la persona más rica de los Estados Unidos debido a que descubrió
la manera de administrar grandes inventarios de manera más efectiva
y llevar precios reducidos en mercaderías de marca a pequeñas
ciudades de los Estados Unidos. Mas tarde, Bill Gates, el Presidente y
fundador de Microsoft alcanzó el nivel más alto de la lista
de la revista Forbes "Los Cuatrocientos Más Ricos", desarrollando
un producto que mejoró dramáticamente la eficiencia y compatibilidad
de las computadoras de escritorio. Millones de consumidores que nunca
oyeron de Walton o Gates se beneficiaron de sus talentos empresariales
y productos de bajo precio. Walton y Gates ganaron muchísimo dinero
debido a que ellos ayudaron a una gran cantidad de gente.
8. LAS GANANCIAS ORIENTAN
LOS NEGOCIOS HACIA LAS ACTIVIDADES QUE INCREMENTAN LA RIQUEZA
La gente de una nación estaría mejor si sus recursos son
utilizados para producir bienes y servicios que son de alto valor en comparación
con sus costos. En cualquier momento hay prácticamente un número
infinito de proyectos de inversión potenciales. Algunos incrementarán
el valor de los recursos y promoverán el progreso económico.
Otros reducirán el valor de los recursos y conducirán al
deterioro económico. Si el progreso económico va a tomar
un curso de acción, se deben estimular los proyectos que aumentan
el valor y evitar los proyectos que reducen el valor.
Esto es precisamente lo que determina las ganancias y pérdidas
en el mercado. Las empresas compran recursos y los utilizan para producir
un rubro o servicio que es vendido a los consumidores. Se incurren en
costos cuando los negocios pagan a los trabajadores y a otros propietarios
de recursos por sus servicios. Si las ventas de las empresas exceden los
costos de emplear todos los recursos requeridos para lograr la producción
de la empresa, ésta obtendrá una ganancia. En esencia, la
ganancia es una recompensa que los dueños de negocios obtendrán
si ellos producen un bien que los consumidores valoran más (medido
por su disposición a pagar) que los recursos requeridos para la
producción del bien (medido por el costo de retirar los recursos
de las posibilidades alternativas de uso).
En contraste, las pérdidas son los castigos impuestos sobre los
negocios que reducen el valor de los recursos. El valor de los recursos
utilizados por las empresas no exitosas excede el precio que los consumidores
están dispuestos a pagar por sus productos. Las pérdidas
y bancarrotas son las maneras en que el mercado detienen tales actividades
despilfarradoras.
Por ejemplo, supongamos que a un fabricante de camisas le cuesta 20.000
dólares por mes arrendar un edificio, máquinas y contratar
trabajadores, comprar ropa, botones, y otros materiales necesarios para
producir y comercializar 1.000 camisas por mes. Si el fabricante vende
las 1.000 camisas por 22 dólares cada una, su actividad crea riqueza.
Los consumidores valoran las camisas más que los recursos requeridos
para su producción. La ganancia de dos dólares del fabricante
por camisa es la recompensa por aumentar el valor de los recursos.
Por otra parte, si las camisas se pudieran vender a no más de 17
dólares cada una, el fabricante tendría una pérdida
de 3 dólares por camisa. Esta pérdida se da porque el fabricante
reduce el valor de los recursos—las camisas resultaron menos valiosas
para los consumidores que los recursos requeridos para su producción.
Vivimos en un mundo cambiante en gustos y tecnología, conocimiento
imperfecto e incertidumbre. Los empresarios que toman decisiones en los
negocios no pueden estar seguros de los precios futuros del mercado ni
de los costos de producción. Sus decisiones deben basarse en expectativas.
De todas maneras, la estructura de recompensa-castigo en una economía
de mercado es clara. Las empresas que producen eficientemente y anticipan
correctamente los productos y servicios a los cuales las futuras demandas
serán más urgentes (relativas a los costos de producción)
tendrán ganancias económicas. Aquellos que son ineficientes
y asignan incorrectamente los recursos en áreas de débil
demanda futura serán castigados con pérdidas.
Esencialmente, las ganancias y las pérdidas dirigen las inversiones
de los negocios hacia proyectos que promueven el crecimiento económico
y se alejan de aquellos que malgastan los escasos recursos. Esta es una
función vitalmente importante. Las naciones que fracasan al desempeñar
esta función en forma correcta experimentarán estancamiento
económico de manera casi segura.

9. EL PRINCIPIO DE LA "MANO
INVISIBLE"—LOS PRECIOS DEL MERCADO PONEN EL INTERÉS
PERSONAL Y EL BIENESTAR GENERAL EN ARMONÍA
"Cada individuo está continuamente esforzándose en
encontrar el empleo más ventajoso de cualquier capital que él
pueda disponer. Es su propia ventaja, de hecho, y no la de la sociedad
lo que él tiene en mente. Pero el estudio de su propio beneficio
naturalmente, o más bien necesariamente, lo conduce a preferir
ese empleo que es el más ventajoso para la sociedad... Él
solamente intenta su propia ganancia, y en éste, y muchos otros
casos, es dirigido por una mano invisible para promover un fin que no
era parte de su intención."[1]
Adam Smith
Como lo anotó Adam Smith, lo sorprendente acerca de la economía
basada en la propiedad privada y la libertad de contrato es que los precios
del mercado ponen las acciones de intereses propios en armonía
con la prosperidad general de una comunidad o nación. Los empresarios
"buscan únicamente sus propias ganancias", pero son dirigidos
por "la mano invisible" de los precios del mercado para "promover
un fin [la prosperidad económica] que no era parte de sus intenciones".
El principio de la mano invisible es difícil de entender para mucha
gente debido a que hay una tendencia natural de asociar orden con la planificación
centralizada. Si los recursos se van a asignar de manera sensata, seguramente
alguna autoridad central deberá estar encargada. El principio de
la mano invisible enfatiza que no necesariamente este es el caso. Cuando
la propiedad privada y la libertad de intercambio están presentes,
los precios del mercado registrarán las decisiones de millones
de consumidores, productores y proveedores de recursos y los pondrán
en armonía. Los precios reflejarán la información
acerca de las preferencias de los consumidores, los costos y asuntos relacionados
con la oportunidad, ubicación y circunstancias que están
mas allá de la comprensión de cualquier individuo o autoridad
planificadora central. Este simple resumen estadístico—los
precios del mercado—provee a los productores con todo lo que necesitan
saber con el objeto de poner sus acciones en armonía con las acciones
y preferencias de otros. Los precios del mercado dirigen y motivan tanto
a productores como proveedores de recursos a suplir ciertas cosas que
otros valoran mucho, relativo a sus costos.
No se necesita una autoridad central para decirle a los empresarios qué
producir y cómo producir. Los precios harán el trabajo.
Por ejemplo, nadie puede obligar a los agricultores a cultivar trigo o
decirle a una empresa constructora que construya casas o convencer a los
fabricantes de mobiliario que produzca sillas. Cuando los precios de estos
y otros productos indican que los consumidores los valoran mucho o más
que sus costos de producción, los productores que buscan beneficios
personales los suplirán.
No será necesario o aún de ayuda para una autoridad central
monitorear los métodos de producción de las empresas. Los
agricultores, compañías de construcción, fabricantes
de muebles y miles de otros productores buscarán la mejor combinación
de recursos y los métodos de producción que reduzcan los
costos debido a que costos más bajos significan ganancias más
grandes. Es el interés de cada productor mantener bajos costos
y mejorar la calidad. De hecho, la competencia virtualmente los obliga
a hacerlo. Los productores que tienen altos costos tendrán dificultad
de sobrevivir en el mercado. Los consumidores, quienes buscan el mejor
valor para su dinero, se darán cuenta de ello.
La mano invisible del proceso de mercado trabaja de forma tan automática
que la mayor parte de la gente piensa poco en ello. La mayoría
simplemente toma por descontado que los bienes que la gente valora serán
producidos en aproximadamente las cantidades que los consumidores desean
comprarles. Las largas colas de espera y las señales "vendido
hasta la próxima semana" que caracterizan a las economías
centralmente planificadas son totalmente desconocidas a los que viven
en una economía de mercado. De igual forma, la disponibilidad de
una gran gama de bienes que desafían incluso la imaginación
de los consumidores modernos también se toma como un hecho. El
proceso de la mano invisible trae orden, armonía y diversidad.
Sin embargo, el proceso trabaja tan rápido que es poco comprendido
y apreciado. A pesar de ello, es vital para nuestro bienestar.
10. IGNORAR LOS EFECTOS
SECUNDARIOS Y LAS CONSECUENCIAS DE LARGO PLAZO ES LA FUENTE MÁS
COMÚN DE ERROR EN LA ECONOMÍA
Henry Hazlitt, tal vez el escritor popular más grande en economía,
fue el autor del libro Economía en una Lección. La única
lección de Hazlitt fue que, cuando se analiza una propuesta económica,
uno:
"Debe rastrear no solamente los resultados inmediatos sino los de
largo plazo, no meramente las consecuencias primarias, sino las secundarias,
y no únicamente los efectos en algún grupo especial sino
en todos los sectores."[2]
Hazlitt creyó que la falta de aplicar esta lección era,
por mucho, la fuente más común de error económico.
Es difícil argumentar sobre este punto. Una vez y otra vez los
políticos enfatizan los beneficios a corto plazo derivados de una
política mientras ignoran completamente las consecuencias a largo
plazo. De manera similar, parece haber un apoyo interminable hacia propuestas
que benefician a industrias específicas, regiones o grupos, sin
considerar su impacto en toda la comunidad, incluyendo contribuyentes
y consumidores.
Desde luego mucho de esto es deliberado. Cuando se buscan favores políticos,
los grupos de interés y sus representantes contratados tienen un
incentivo para realizar un cabildeo activo en su favor. Es de predecir
que exagerarán los beneficios mientras ignoran los importantes
componentes de los costos. Cuando los beneficios son inmediatos y fácilmente
visibles, mientras los costos son menos visibles y de mayor impacto en
el futuro, será fácil para los grupos de interés
vender argumentos económicos engañosos.
Es fácil señalar situaciones donde los efectos secundarios
son ignorados. Considere el caso del control impuesto sobre el alquiler
de apartamentos. Los proponentes argumentan que los controles reducen
los alquileres y hacen que las casas estén más al alcance
de los pobres. Sí, pero habrán efectos secundarios. Los
precios bajos de los ingresos deprimirán la tasa de retorno de
la inversión en vivienda. Los propietarios actuales podrían
ser forzados a aceptar los bajos arrendamientos, pero éste no será
el caso para los futuros propietarios. Muchos de ellos canalizarán
los fondos a otros usos, las inversiones en apartamentos para arrendar
van a reducirse y la futura disponibilidad de apartamentos va a declinar.
Habrá escasez y la calidad de los apartamentos va a reducirse con
el transcurso del tiempo. Estos efectos secundarios no serán fácilmente
observables inmediatamente. Es así como los controles de alquileres
son muy populares en las comunidades que van desde la ciudad de New York
hasta Berkeley, California, aunque la oferta de apartamentos de alquiler
se redujo, con resultados inmediatos de pobre mantenimiento y escasez.
Al respecto, el economista sueco Assar Lindbeck dijo que "en muchos
casos el control de alquileres de apartamentos parece la técnica
más eficiente conocida para destruir una ciudad—excepto el
bombardeo."[3]
Los proponentes de aranceles y cuotas para "proteger el empleo"
casi siempre ignoran los efectos secundarios de sus políticas.
Consideremos los impactos de las restricciones al comercio que reduce
la oferta de automóviles extranjeros en el mercado de los Estados
Unidos. Como resultado de esta política, se expande el empleo en
la industria doméstica de carros. ¿Pero cuál es el
efecto secundario en otras actividades? Las restricciones incrementarán
los precios para los consumidores. Como resultado de los altos precios,
los consumidores se verán obligados a reducir sus compras en alimentos,
ropa, recreación y miles de otros artículos. Estas reducciones
en los gastos disminuirá la producción en estas áreas.
Incluso hay efectos secundarios en el extranjero. Al vender los extranjeros
menos automóviles a los estadounidenses, obtienen menos dólares
con los cuales importarían bienes de los Estados Unidos. Cuando
los extranjeros nos venden menos ellos tendrán menos poder de compra
con el cual adquirir nuestros productos. Por lo tanto, las exportaciones
de los EE.UU. caerán como resultado de las restricciones en las
importaciones de automóviles. Una vez que se consideran los efectos
secundarios el impacto en el empleo es claro. Las restricciones no crean
trabajo, más bien lo redireccionan. El empleo es mayor en la industria
automotriz pero menor en otras industrias, particularmente las industrias
que exportan. Desdichadamente los empleos de la gente que actualmente
trabaja en la industria automotriz son altamente visibles, mientras los
efectos secundarios—la "pérdida de empleos" en
otras industrias—son menos visibles. Es así que no sorprende
que mucha gente simpatiza con el argumento de los "empleos protegidos"
aún cuando es claramente una falacia.
Consideremos un malentendido final que refleja la falta de considerar
los efectos secundarios. Los políticos frecuentemente argumentan
que el gasto del Estado en proyectos favorecidos expande el empleo. Desde
luego hay muchas buenas razones para el gasto del gobierno en caminos,
el aumento de la protección policial, la administración
de justicia y otros. Sin embargo, la creación de empleos no es
una de ellas. Supongamos que el gobierno gasta $50 mil millones empleando
un millón de trabajadores para construir un tren de alta velocidad
que enlace Los Ángeles con San Diego. ¿Cuántos nuevos
empleos crearía el proyecto? Una vez que se consideran los efectos
secundarios, la respuesta es ninguno. El gobierno o debe utilizar impuestos
o se endeuda para financiar el proyecto. Impuestos por el monto de $50
mil millones reducirán el gasto del consumidor y el ahorro privado,
destruyendo por lo tanto tal cantidad de empleos como el gasto del gobierno
pretende crear. Por otra parte, si el proyecto es financiado con deuda,
el préstamo incrementará las tasas de interés y disminuirá
en $50 mil millones la inversión privada y los gastos en consumo.
Como es el caso de las barreras al comercio, el resultado es la reasignación
de empleos, no la creación de puestos de trabajo. ¿Esto
significa que no se debe implementar el proyecto? No necesariamente. Pero
si quiere decir que la justificación debe venir de los beneficios
provistos por el tren de alta velocidad antes que los beneficios ilusorios
de una expansión del empleo.
Notas
[1] Adam
Smith, An Inquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations,
(1776; Cannan's ed., Chicago: University of Chicago Press, 1976), p. 477.
[2] Henry Hazlitt, Economics in One Lesson, (New Rochelle: Arlington House,
1979), p. 103.
[3] Assar Lindbeck, The Political Economy of the New Left, 1970 (New York:
Harper and Row, 1972), p. 39.
Traducido
por el Dr. Enrique Ampuero del Instituto Ecuatoriano de Economía
Política.


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