¿Una
revolución de la gente?
Por
Adrian Barrett*

Según
el concepto de gestión del conocimiento, las organizaciones deben
diferenciarse a través del uso efectivo de dos de sus activos más
poderosos: la información y el know how que contienen los archivos,
los manuales y las bases de datos. Si bien la tecnología es la
herramienta que facilita este proceso, no es la única solución.
Una exitosa gestión de conocimiento surge de combinar tecnología
eficiente con el compromiso genuino de los líderes y de los equipos
de trabajo de las empresas.
* Adrian Barrett escribe sobre temas especializados de topcareers.net,
sitio dedicado al manejo de carreras profesionales.
En el terreno de la gestión del pensamiento, donde siempre aparece
la "próxima gran cosa", cuando se habla del impulsor
mágico que ayudará a que una empresa rebase a sus competidores,
no hay nada que supere el concepto de Gestión de Conocimiento.
Según este concepto o el así llamado principio KM, una organización
puede obtener esta valiosísima ventaja sobre el resto a través
de un uso más efectivo de uno de sus activos más poderosos:
la información y el know-how que contienen los archivos, los manuales,
las bases de datos que manejan los empleados.
Como señala Nigel Vaz, estratega senior de la consultora de empresas
y tecnología Sapient, las firmas modernas conforman redes complejas
en las que las áreas aparentemente separadas se suelen chocar unas
con otras, con lo cual compartir conocimiento es esencial para triunfar.
"La verdadera gestión de conocimiento supone unir fuentes
de información dispares para informar y capacitar a un individuo
para que actúe dentro de un determinado contexto", destaca.
"La cadena de suministro, por ejemplo, requiere del conocimiento
de diversas áreas, incluyendo producto bruto, planeamiento, fabricación
y distribución, mientras que, para el desarrollo de un producto,
hay que comprender los requisitos del consumidor, la nueva ciencia, la
nueva tecnología y el marketing. Con frecuencia, un sector de una
empresa repite el trabajo de otro sector, simplemente porque es imposible
estar al tanto del conocimiento de otros sectores y utilizarlo".

La
clave es la información
Con las grandes sumas de dinero que las compañías invierten
en consultoría de iniciativas internas para alcanzar este objetivo,
¿hasta qué punto la gestión de conocimiento es una
realidad? Si bien la gestión de conocimiento es un concepto milenario,
su actual aplicación a los principales temas de gerenciamiento
se basa en los recientes desarrollos de una tecnología que permite
el manejo efectivo de una cantidad inmensa de información. Hoy
en día, muchas organizaciones internacionales utilizan intranets
para garantizar la distribución de información entre oficinas
que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y con husos
horarios diferentes. Por ejemplo, la empresa de servicios profesionales,
Ernst & Young, desarrolló una intranet llamada KnowledgeWeb,
que dispone de más de un millón de datos, manejados por
un motor de búsqueda sofisticado y utilizados por unas 70.000 personas
en más de 140 países en el mundo. En el mismo sector, la
empresa KPMG usa Kworld, un sistema de mensajería mundial y distribución
de conocimiento desarrollado en colaboración con Microsoft. Además
de diseminar información entre clientes existentes, este sistema
permite que los usuarios aprovechen la información sobre clientes
potenciales y junten datos sobre desarrollo de mercado de todo el mundo.
Este fenómeno no es exclusivo de las empresas de servicios profesionales.
El gigante de telecomunicaciones, BT, viene desarrollando su propia intranet
desde 1994.
Los 85.000 usuarios de la empresa acceden más de 14 millones de
veces por mes a esta intranet. La versión que utiliza el conglomerado
industrial GKN incluye sectores denominados Innovation and Learning, responsable
de distribuir ideas sobre desarrollos comerciales, y Fast Forward, encargado
de evaluar procesos comerciales para identificar y transferir las mejores
prácticas a toda la empresa.
Gente
para cambiar
No obstante, para que la tecnología sea efectiva, es necesario
que el sistema proporcione mucho más que una plataforma para distribuir
información. Según Craig Ramsay, director de operaciones
para la consultora de e-business Scient, es importante garantizar que
el contenido "...encierre contexto y vida propia. El mayor desafío
reside en comprender lo que el usuario final quiere conseguir con el contenido
y así proporcionar el contenido correcto para lograr dicho objetivo
mientras actualiza conocimientos". De no tomarse estas medidas, las
empresas corren el riesgo de sufrir el exceso de información.
Si bien la tecnología es la herramienta que facilita la gestión
de conocimiento, no es la única solución. Como afirma Deborah
Brown, gerente de conocimiento de Ernst & Young, "una exitosa
gestión de conocimiento surge de combinar tecnología sólida
y eficiente con el compromiso genuino de líderes y equipos de toda
la organización". Por otro lado, Malcolm Bird de GKN subraya:
"La revolución de la gestión de conocimiento está
en manos de la gente y la tecnología es una herramienta que sirve
para garantizar que todos los esfuerzos apunten a las necesidades comerciales".
O, en otras palabras, sin la gente este sistema no funciona. Al parecer,
el principal problema consiste en determinar cómo motivar a los
empleados para que utilicen la tecnología una vez implementada,
dado que posiblemente duden de la necesidad de su uso o se sientan amenazados
por ella. Según Brown, la cultura predominante de la empresa ejercerá
una fuerte influencia en esto.
"Puede pasar que alguien intente introducir gestión de conocimiento
a un entorno, repleto de sistemas y jerarquías bien establecidas,
influido por una cultura en la que prevalezca la idea de que "el
conocimiento es poder, por eso no lo comparto". En empresas donde
hay distribución de información pero un crecimiento extremadamente
rápido, el desafío consistirá en encontrar la mejor
manera de presentar estructura y proceso a un grupo de personas que lucha
por saber cómo operar", aclara.
Claro que cómo encarar este problema en particular es ciertamente
un tema de debate. Por ejemplo, Ray Sono, arquitecto digital en el área
de servicios de e-business, utiliza equipos de conocimiento, motivado
por iniciativas individuales y grupales, mientras que Ernst & Young
provee a cada unidad de negocios con un gerente de conocimiento, responsable
de crear comunidades de conocimiento y garantizar que la información
disponible se utilice para equiparar las oportunidades de desarrollo comercial.
Cualquiera que sea el modelo que las empresas utilicen para que funcione
la gestión de conocimiento, tal vez el factor más importante
sea el compromiso de la gerencia de todos los sectores para con este principio.
Según remarca Malcolm Bird de GKN, "la gestión de conocimiento
no puede ser 'una iniciativa' o la responsabilidad de una sola persona
o departamento. Es posible que los recursos exclusivos proporcionen coordinación
y dirección, pero, como en cualquier otra actividad, es la gente
y la capacidad de cambiar y utilizar las herramientas lo que conforma
la gestión de conocimiento".


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