Alternativas
para el desarrollo socioeconómico en comunidades locales.
Estudio de caso.(Octubre 2002)
Marcelo
D. Busalacchi_(busalachi@utenet.com.ar)
Indice
Introducción:
La experiencia desarrollada en el partido de Campana a partir de la
formulación del Plan Estratégico de la ciudad (Ver Plan
Estratégico de la Ciudad de Campana )durante el año
1998 produjo un fuerte impacto sobre los actores locales que participaron
en dicha experiencia, no sólo desde el punto de vista de los
resultados alcanzados -que se traducen en una importante recopilación
de datos y elaboración de información primaria y secundaria
para la toma de decisiones-, sino también por el aprendizaje
metodológico adquirido para el abordaje y desarrollo de proyectos
estratégicos que contribuyan al progreso económico y
social de la ciudad y la región.
A partir de la formulación del Plan Estratégico, cada
institución -o mejor los líderes de cada una de ellas-,
continuaron realizando actividades con miras a la implementación
de los proyectos que surgieran de dicho plan.
El caso más notorio, lo constituye la Comisión de Educación,
que bajo la coordinación de la Prof. Lidia Alvarez de ODS (Organización
para el Desarrollo Sostenible), puso en marcha varios de los proyectos
estratégicos en forma conjunta con instituciones locales, provinciales,
nacionales e internacionales -como es el caso de la UNESCO- y con
el financiamiento de varias empresas grandes de la zona, especialmente
SIDERCA TENARIS. Una muestra de los logros de la comisión se
refleja en la reciente firma de un convenio que continúa con
la ejecución de los proyectos en marcha.(Ver Diario la Autentica
Defensa de la Ciudad de Campana del día sábado 21/09/2002.)
Algunos de los que participamos como integrantes del equipo técnico
local en la formulación del plan estratégico, consideramos
como un objetivo prioritario la constitución de una agencia
de desarrollo encargada de coordinar la puesta en marcha e implementación
de la totalidad de los proyectos. Si bien esto no pudo cumplirse aún,
estamos convencidos de la importancia de su creación, ya que
desde una coordinación centralizada se facilitaría la
ejecución y seguimiento de los nuevos proyectos que se formularon
en el plan.
Sin duda la profundización de la crisis económica y
social del país en los años posteriores modificó
las prioridades del gobierno local y de las instituciones intermedias,
como así también el destino de aportes y financiamiento
de las empresas locales, que se abocaron a la atención de problemas
urgentes de los miembros de la comunidad. Sin embargo, no es menos
cierto que la mitigación de las necesidades detectadas requiere
de una ejecución inmediata de los proyectos que se formularan
en el plan, ya que éstos apuntan a un desarrollo estratégico
armónico y sostenible de la ciudad.
Otra experiencia que tiene origen en la concepción del plan
estratégico se refiere a la formulación y puesta en
marcha de emprendimientos de autoempleo y/o emprendimientos familiares.
La misma consiste en el fortalecimiento de la cultura emprendedora
de los habitantes de la ciudad con una forma de abordaje no convencional
y cuyas características y consideraciones son objeto de análisis
en el presente trabajo.
Como última reflexión, antes de avanzar sobre el tema
en cuestión, es importante resaltar que las iniciativas de
desarrollo local que articulen al Municipio, las instituciones intermedias
y las empresas se van a transformar en los próximos años
en la mayor riqueza de las comunidades. Es a partir de los consensos
estratégicos de los actores involucrados desde donde se deben
construir las bases del desarrollo económico y social.
Es evidente que en Argentina atravesamos un momento de profundo debate
acerca de las posibles estrategias de desarrollo para salir del estancamiento
en el que estamos inmersos y emprender un camino, de esfuerzos sin
duda, pero con miras al crecimiento y sostenimiento económico
y social. Los municipios y las distintas regiones no son ajenos a
los destinos generales del país, no obstante, cada comunidad
local puede y debe explorar y explotar sus ventajas comparativas y
competitivas para no sólo mitigar los efectos de la crisis,
sino también para avanzar hacia un desarrollo endógeno
(Ver Luis Manuel Calleja IEEM Madrid enero 2000. MIMEO) sostenible.
1.
IMPACTO ECONÓMICO Y SOCIAL DEL DESEMPLEO EN LA REGIÓN |
1.1 Antecedentes
Desde la Comisión de Desarrollo Económico del Plan Estratégico
de la ciudad de Campana se intentó caracterizar a los impactos
económicos y sociales del desempleo en la comunidad local donde,
si bien se refleja un patrón nacional, se detectaron características
propias que tienen su correlato en la estructura económica
y social del partido.
La presencia de grandes empresas que albergan un número importante
de trabajadores, con actividades que requieren alto valor agregado
e internacionalización de sus operaciones, constituye –indudablemente-
una característica distintiva con respecto a otras regiones
o municipios de la provincia de Buenos Aires o del resto del país.
Esta distinción, desde hace varias décadas, convirtió
a estas grandes empresas en el motor de la economía local,
generando una fuerte interdependencia tanto del municipio de la ciudad
como del comercio local de bienes y servicios, cuyo accionar avanza
y retrocede en función al comportamiento de las grandes empresas
situadas en el distrito.
Los cuadros 1 y 2 reflejan el peso de la industria en la estructura
del empleo local (se excluye el sector público). Fuente: Plan
de Desarrollo Estratégico de la ciudad de Campana, pág.
35.
Sector de actividad económica: Locales Ocupados
Industria
133 Locales 9,5 % -
Comercio
833 Locales 59,6 %
Servicios
433 Locales 30,9 %
TOTAL:
1399 Locales 100 %
Sector de actividad económica Personal ocupado
Industria
7685 Trabajadores 64,97 %
Comercio
1810 Trabajadores 15,3 %
Servicios
2334 Trabajadores 19,73 %
TOTAL
11829 Trabajadores 100 %
Desde una lectura del presupuesto municipal claramente se visualiza
una importante presencia de recursos generados especialmente por la
tasa de seguridad e higiene y la de servicios públicos entre
otras, como así también un importante aporte directo
de las mismas en acción social y comunitaria (Es notable en
este sentido destacar los aportes que realiza la empresa SIDERCA TENARIS.
El Plan ALENTAR resulta ser una muestra significativa de ello)
Mucho más significativo es el impacto sobre la actividad comercial
y productiva de la zona, no sólo reflejada en la provisión
de insumos y/o servicios del arco de pymes que funcionan en derredor
de las empresas grandes, sino también en la aplicación
de una importantísima asignación de los sueldos y salarios
volcados al consumo de dichos bienes y servicios. ( Según informantes
clave de la CUCEI (Cámara de Comercio Local) esta cifra podría
superar el 85% del total de la masa salarial de los trabajadores de
grandes empresas)
Es muy común en el imaginario colectivo de la ciudad tener
siempre presente las fechas de pago de haberes mensuales y/o quincenales
o retribuciones especiales de las empresas grandes, ya que la vida
comercial de la ciudad está íntimamente relacionada
con esta situación.
Si bien lo descrito anteriormente reconoce una situación preferencial
en la región, que sabe de momentos de bonanza y de retroceso,
es significativo destacar también que por esta causa resulta
notoriamente menor la capacidad emprendedora de los habitantes del
distrito. La fuerte presencia de grandes empresas empleadoras, como
también del sector público en sus tres niveles con un
alto porcentaje de personas empleadas, generó con el paso del
tiempo un imaginario colectivo muy ligado al empleo en relación
de dependencia.
Otro aspecto a destacar tiene relación directa con la transformación
económica producida en la década de los ’90, especialmente
en lo referente a la conectividad vía terrestre, fluvial y
ferroviaria que impactó e impacta también sobre el empleo
local. El impacto positivo de esta fuerte inversión se vio
acompañado de otros efectos que incidieron e inciden en la
estructura comercial local, ya que varias empresas productivas y/o
de servicios localizadas en distritos más cercanos al área
metropolitana transformaron a las ciudades de Campana- Zárate
en puntos de venta más accesibles, lo que por un lado, mejoró
y amplió el flujo del comercio de bienes y servicios, pero
por el otro, tuvo consecuencias negativas sobre la estructura tradicional
del comercio local y sobre los niveles de empleo. (Si bien no se dispone
de datos para cuantificar este punto, entrevistas a informantes clave
dan cuenta de la situación esbozada)
También, y en el mismo sentido, el importante avance en la
actividad portuaria aceleró el alto tránsito de personas
y mercaderías con origen y destino en otros distritos, configurando
una vida diurna como “ciudad de paso” con mayores costos
económicos, sociales, ambientales, etc. para la misma, y con
escasa repercusión sobre la estructura del empleo local.
1.2
Datos a destacar de un estudio reciente
Un reciente estudio elaborado bajo mi coordinación por un equipo
de trabajo del Centro Regional Campana de la Universidad Nacional
de Luján (Ver informe de desvinculados de grandes empresas
disponible en el CRC de la Universidad Nacional de Luján),
sobre la situación de los desvinculados de grandes empresas
nos revela información relevante sobre algunos aspectos salientes
en lo referido al problema del desempleo en la región. En el
mismo, además de observarse un patrón nacional en los
contenidos generales de la problemática analizada, pueden resaltarse
algunos resultados que resultan distintivos.
Se distinguieron cuatro segmentos:
Personas que se jubilaron (24%)
Personas que realizaron actividades autónomas (23%)
Personas que se reinsertaron laboralmente en relación de dependencia
(16%)
Personas que al momento del estudio se hallaban desocupadas (37%)
De los cuatro segmentos de este estudio, sólo nos interesa
para el presente trabajo lo ocurrido con los tres últimos,
es decir, las personas que se reinsertaron laboralmente en relación
de dependencia, los que desarrollaron alguna actividad autónoma
y los que aún se encuentran desocupados. Sobre esta base, formularemos
algunas consideraciones:
En
primer lugar es dable destacar que la situación más
crítica detectada se refiere al 48,7% de los desvinculados,
que luego de 3 años aún no había encontrado empleo.
Los datos obtenidos en este segmento indican que la media de edad
de las personas que aún se encuentran desocupadas desde el
momento de la desvinculación es de 49 años, donde 2
de cada 3 no completaron su educación media, con más
de 20 años de trabajo en la misma empresa y con los recursos
indemnizatorios, que fueron muy importantes, ya agotados. Es decir,
un tipo de desempleado adulto con alta especialización -ya
que cumplió funciones en grandes empresas de alto valor agregado-,
que tiene baja instrucción formal y una experiencia acumulada
de muchos años, pero que no puede reinsertarse laboralmente.
Es significativo también, mostrar que casi el 60% no tiene
un oficio definido y, si bien en un 90% de los casos posee vivienda
propia y tiene 2 hijos en promedio, la afligente situación
ha desmembrado familias e incrementado enfermedades de tipo psicológicas.
(Ver anexo de Informantes Clave realizado en el Hospital San José
de la ciudad de Campana.)
Desocupados
por nivel de instrucción
50%
Primario Completo
24%
Secundario Completo
6%
Terciario / UniversitarioCompleto
2%
Primario Incompleto
15%
Secundario Incompleto
3%
Terciario / Universitario Incompleto
41% Si poseen oficio
59%
No Poseen oficio
En segundo lugar, sólo el 21% pudo reinsertarse laboralmente.
Esto ocurrió con los más jóvenes y con los
que tenían mayor nivel de instrucción formal, ya que
2 de cada 3 tenían estudios universitarios, aunque lo hicieron
con salarios y sueldos menores a los que tenían antes y con
mayor precariedad laboral.
Relación de dependencia según
nivel de instrucción
14%
Primario Completo
25%
Secundario Completo
7%
Terciario / UniversitarioCompleto
4%
Primario Incompleto
11%
Secundario Incompleto
39%
Terciario / UniversitarioIncompleto
Relación
de dependencia. Modalidades de contratación
54%
Efectivo
7%
A Prueba
39%
Contratado
En tercer lugar, el 30.3% restante realizó alguna actividad
autónoma. De las actividades analizadas no se destaca ningún
caso de asociatividad siendo que habían compartido el mismo
espacio laboral durante muchos años y que habían recibido
importantes recursos indemnizatorios. En todos los casos la ausencia
de management básico para la nueva actividad terminó
por agotar rápidamente esos recursos ya que las mismas estaban
absolutamente sobreofertadas en plaza tales como: Kioscos, remises,
rotiserías, etc. (Ver anexo de Seguimiento de emprendimientos
en el informe precitado) Todas ellas por debajo del punto de equilibrio
y con la frustración característica que ello trae aparejado.
Debe tenerse en cuenta además, que el 60% no completó
la educación media y que el 78% declaró no tener otros
ingresos.
Actividad autónoma de ambas localidades
según nivel de instrucción
26%
Primario Completo
24%
Secundario Completo
10%
Terciario / UniversitarioCompleto
5%
Primario Incompleto
28%
Secundario Incompleto
7%
Terciario / UniversitarioIncompleto
Actividad autónoma de ambas localidades según perspectivas
futuras
7%
Muy buenas
29%
Buenas
32%
Regulares
20%
Malas
12%
Muy Malas
Actividad
autónoma de ambas localidades en relación a si poseía
otros ingresos al momento de alejarse
22%
Si
78%
No
En los tres segmentos estudiados se detectó además,
que los programas de capacitación o contención de las
personas desvinculadas, tanto antes como después del evento,
fueron escasos y/o de muy bajo impacto.
Ahora bien, partiendo de esta información -obtenida de fuentes
primarias-, más los datos que pueden resaltarse en el informe
del Plan Estratégico de la ciudad de Campana, se instrumentó
desde la Secretaria de Extensión Universitaria un primer programa
de capacitación y apoyo para personas desocupadas mayores de
40 años con base en la formulación y desarrollo de Proyectos
Productivos de Autoempleo, ya que estimamos que este segmento de la
población requiere de una asistencia especial.
1.3 Los antecedentes desarrollados desde la Universidad
Nacional de Luján.
La focalización en las personas desocupadas mayores de 40 años
obedece a una lectura del contexto actual y de sus perspectivas futuras
en la región. Esta situación da cuenta de un verdadero
fenómeno que no es exclusivo(Trabajos recientes de Altimir
y Beccaria pueden ilustrar mejor la situación del empleo/desempleo
por rama de actividad. MIMEO, 1997), pero que sin dudas tiene características
distintivas, como algunas de las ya señaladas.
Es previsible pensar que si la Argentina comenzara un crecimiento
del PBI sostenido por varios años, y aún en porcentajes
elevados, el desempleo podría disminuir con base y foco en
la población más joven y mejor instruida. Al menos se
supone que las características regionales permitirían
un crecimiento industrial y en servicios de mayor valor agregado,
donde los requerimientos de mano de obra podrían ser en el
sentido señalado.
Los adultos mayores de 40 años (De ningún modo pensar
en mayores de 40 años contiene una connotación estricta
en términos de edad. Se supone que estamos pensando en adultos
mayores que están fuera de las demandas frecuentes del mercado
laboral) podrían encontrar su fuente de ingresos en actividades
de Autoempleo y, dentro de ellas, los emprendimientos de tipo familiar
serían los de mayor sostenibilidad. Nuestra primera atención
a este segmento de la población se debe, en primer lugar, a
que es la población afectada que tiene “memoria”
de una vida armoniosa, con hijos escolarizados y con sistemas de integración
y protección social, con niveles de consumo aceptables, etc.;
y en segundo lugar, a que la ausencia de programas públicos
y/o privados de asistencia en este segmento es notoria.
Es así como desde el Centro Regional Campana de la Universidad
Nacional de Luján comenzamos a trabajar en capacitación
y asistencia desarrollando programas gratuitos para este segmento,
prácticamente sin apoyos iniciales y con la preocupación
y trabajo voluntario de docentes y estudiantes.
El tipo de planeamiento fue siempre solapado con la acción.
La interacción entre el cuerpo de docentes y los participantes
fue dando forma a un enfoque del problema que, si bien en las consideraciones
previas aparecía como hipótesis de trabajo, le dio sustento
teórico a la propuesta concebida en la actualidad.
Después de los primeros resultados obtenidos y ya sobre una
base más cierta sobre la realidad, entablamos alianzas con
empresas de primer nivel (La empresa Siderca Tenaris Group fue la
que auspicio el desarrollo de los primeros Talleres masivos que se
desarrollaron en la sede del CCRR entre Abril y Julio del 2002) y
con ONG’s (Cáritas Diocesana Campana-Zárate se
sumo también a esta actividad señalada. Otra Institución
de la cuál formamos parte tomó el programa como área
de desarrollo y hoy es de vital importancia en el desarrollo del Programa.)
para avanzar en este camino.
El programa al que se hace mención contenía una combinación
equilibrada entre contenidos enfocados a conceptos no ortodoxos de
emprendedurismo creados ad hoc para este evento y un desarrollo de
actividades productivas basadas en cuestiones agropecuarias no tradicionales,
tales como: Plantas Aromáticas y Medicinales, Jardinería
y Paisajismo, Huertas no convencionales, Lombricultura, Helicicultura,
Envases, etc. (Este Programa se desarrolló en forma paralela
en las ciudades de Luján, Chivilcoy y Gral. Sarmiento, en las
distintas sedes de la Universidad Nacional de Luján y con el
auspicio de la propia Universidad en el marco del Programa de UNIDESARROLLO
que se comparte con las Universidades de Gral Sarmiento, San Martín,
UTN de Pacheco)
Los resultados positivos y negativos de esta primera vinculación
entre conceptos productivos y de gestión comercial redundaron
en una evaluación de varios aspectos del Programa. (Ver evaluación
y consideraciones en informe de gestión, UNLu. Mimeo.) Aunque
fue meritoria la experiencia -con una tasa de nacimientos de emprendimientos
superior al 30%- no se relacionaron mayormente con la propuesta ligada
a la producción agropecuaria no tradicional, salvo algunos
casos para autoconsumo, pero sin efectos comerciales directos como
fuente de ingresos.
Rápidamente los participantes se entusiasmaban con el cómo
producir, más que con el para quién/es iba destinada
su producción. A tal punto, que en la segunda versión
de los Talleres de Autoempleo desarrollados desde mediados de año
y que continúan en la sede de ODS (Organización para
el Desarrollo Sostenible), se ha reducido considerablemente la presencia
de temas de tipo técnicos, salvo el caso de la problemática
de los Envases, a cargo de profesores de la UNLu. vinculados al INTI
(Instituto Nacional de Tecnología Industrial), porque atraviesa
a la mayoría de los emprendimientos formulados y en ejecución
y, en cambio, se profundizaron cuestiones ligadas al desarrollo de
ideas de negocios para fortalecer la investigación de mercado.
2
¿Por qué Autoempleo y dentro de ellos los Emprendimientos
Familiares?. |
2.1 Conceptos básicos subyacentes.
Programas de Autoempleo Autoempleo, como su nombre lo indica, incluye
algunas premisas fundamentales que es necesario comenzar a deducir.
En primer lugar, significa que el individuo realiza actividades autónomas
que dependen exclusivamente de él como sujeto que formula,
decide y actúa; en segundo lugar, porque el concepto de empleabilidad
incluye tareas a desarrollar e ingresos a obtener, pero que solamente
pueden lograrse a partir de la propia acción individual.
Las actividades autónomas individuales o familiares tienen
su inicio prácticamente desde los orígenes de la humanidad
y, con mayor o menor medida, existieron y existen a lo largo de toda
la historia y sin distinción de regímenes políticos
y sociales.
Normalmente se desarrolla actividad autónoma desde la primera
infancia y como consecuencia o resultado de la acción de las
familias que desempeñan tareas de este tipo. Es muy común
la continuidad en los hijos de las mismas características del
entorno familiar. Se trata de un emprendedurismo no formalizado ni
institucionalizado, pero que sin embargo adquiere la cultura del riesgo
y conoce de épocas de bonanza y de miseria.
También es habitual que, salvo las excepciones que confirman
la regla y que son muchas, las actividades desarrolladas por individuos
o familias responden a labores de bajo valor agregado y con un entorno
comercial local o regional que les da soporte. Este fenómeno
no es exclusivo de comunidades rurales o alejadas de los centros urbanos,
sino muy por el contrario, creció con las ciudades y con las
grandes concentraciones de personas. Desde los oficios hasta la producción
artesanal responden a este tipo de empleabilidad.
Ahora bien, no se trata aquí de avanzar sobre un estudio antropológico
ni sociológico de este fenómeno, sino de actualizar
una forma de concebir el problema del autoempleo y de darle sostenibilidad
especialmente en la población objetivo que estamos analizando
y bajo los impactos profundos de la crisis en la Argentina actual.
En las ciudades de Campana y Zárate, la actividad autónoma
de individuos y familias quedaba circunscripta a la voluntad emprendedora
por las características innatas de los individuos que la practicaban,
debido a la presencia contundente de formas de empleo en relación
de dependencia a partir del desarrollo industrial, por un lado, y
de la presencia activa del estado como empleador en sus 3 niveles
institucionales municipal, provincial y nacional, por el otro. Existen
dos causas, entre otras, que se desean destacar en este punto; en
primer lugar la importante incorporación de tecnologías
modernas aplicadas a los procesos productivos de las empresas grandes
y medianas, que provocó una importante reducción de
puestos de trabajo; y en segundo lugar, la fuerte concentración
comercial que operó desde mediados de los años ´90.
Ambas causas incrementaron el desempleo especialmente en la franja
de la población que nos ocupa.Si se rescatara la primera impresión
u opinión de estos nuevos desempleados, daría como resultado
valores cercanos al 75% con deseos de reincorporarse a alguna actividad
en relación de dependencia. Es decir, no aparece en el imaginario
colectivo la necesidad de autoemplearse por vocación o filosofía,
como lo muestra el próximo gráfico extraído del
Informe sobre Desvinculados de la Universidad Nacional de Luján
(pág. 8).
Total de desocupados según cómo prefieren reinsertarse
laboralmente
67%
Trabajo en relación dedependencia
17%
Actividad autónoma
6%
Empresario-Comercio
6%
De cualquier manera
2%
No quiere trabajar, le ofrecenpoco
2%
No puede trabajar porenfermedad
Ahora bien, si la hipótesis de trabajo que estamos desarrollando
sobre las probabilidades del crecimiento económico de la región
fuera acertada, este nuevo enfoque sobre el autoempleo para este segmento
determinado, no constituye una demanda efectiva del mismo, sino una
política social y económica a implementar como uno de
los pocos mecanismos que podrán asegurarle ingresos y actividad.
La instrumentación de políticas en base a subsidios
directos tales como seguros de desempleo, planes trabajar, planes
jefas y jefes de hogar (La magnitud de la crisis en nuestro país,
acentuada a partir de la devaluación, permitió la ejecución
de este tipo de programas, que a nuestro juicio fueron muy importantes
para resolver cuestiones de coyuntura), actúan sobre una coyuntura
inmediata y -según nuestra perspectiva- deberían transformarse
en un incentivo a formas de empleabilidad como la que estamos sosteniendo,
intentando desarrollar una verdadera cultura emprendedora. De lo contrario,
este tipo de asignaciones deberá prolongarse por extensos períodos
de tiempo.
Estamos intentando aquí exponer que resulta absolutamente indispensable
avanzar sobre instrumentos públicos eficaces que promuevan
rupturas paradigmáticas en el menor tiempo posible para la
población de referencia.
Es aquí donde cobra importancia concebir al autoempleo en adultos
como una política activa que necesariamente debe tener base
en los gobiernos locales, no como una lógica de “municipalización”
del problema, sino como una estrategia de desarrollo y de promoción
en donde intervengan además, el Sector Privado, las Instituciones
Educativas, las Organizaciones de la Sociedad Civil, etc.
2.2 Debilidades y fortalezas de este enfoque
El primer punto débil es sin duda el tiempo que demandaría
la ruptura de ese imaginario individual y colectivo que tiene este
segmento de la población. Alentar cultura emprendedora en una
comunidad lleva mucho tiempo, pero lo cierto es que cuanto más
se tarde en propiciar lo expuesto mucho más grave serán
las consecuencias.
El segundo punto débil a destacar, como se menciona en párrafos
anteriores -salvo las excepciones que confirman la regla-, son las
actividades que pueden gestionar estos individuos, caracterizadas
por su bajo valor agregado, de tipo artesanal o con base en oficios
y con fuerte incidencia en la estructura comercial local. El marquismo
y el hipermercadismo se transforman en competidores de productos y
servicios de estos autoempleados. Es mediante la promoción
y desarrollo de actividades comerciales comunitarias la única
forma posible de lograr sostenibilidad y competitividad para los mismos.
El tercer punto débil tiene relación con el escaso o
nulo grado de asociatividad que se logra si estas actividades no se
formulan bajo una red institucional de protección. Cada autoempleado
tiene menos chance de sobrevivir y/o asociarse para negocios eventuales
o permanentes por sí solo que si lo hace bajo una red de contención
creada a tal efecto.
Dentro de los puntos fuertes más importantes que pueden reseñarse
se encuentran los que se enuncian a continuación:
En primer lugar, la existencia de un Plan Estratégico de la
Ciudad, que se transforma en un antecedente de vital importancia para
el desarrollo de actividades relacionadas con la problemática
en cuestión. (Ver Plan Estratégico de la Ciudad de Campana
págs. 127, 129 y 172 a 177.) La presencia de instituciones
y grupos de trabajo del sector público, privado y del tercer
sector constituyen una verdadera fortaleza para llevar a cabo un programa
de envergadura y abarcativo en tal sentido.
En segundo lugar se destaca la experiencia técnica obtenida
y la conceptualización teórica desarrollada a la fecha
por el equipo de trabajo que permite avanzar sobre bases más
sólidas. La interacción permanente entre la empresa
SIDERCA TENARIS , CARITAS DIOCESANA CAMPANA-ZARATE, UNIVERSIDAD NACIONAL
DE LUJAN y sobre todo ODS (Organización para el Desarrollo
Sostenible) como Unidad Ejecutora del Programa actual generó
una rica experiencia institucional que sirve como base para sostener
un programa más amplio. Son importantísimas también
las acciones que se ejecutan desde las Direcciones de la Producción
de los municipios, de las cámaras de comercio e industria de
ambas localidades y de otras instituciones que abordan esta problemática.
En tercer lugar se encuentra la rápida adaptabilidad que tienen
los participantes para comprender y aprehender este nuevo enfoque
de tipo paradigmático. Los resultados obtenidos a la fecha
son por demás ilustrativos de esta circunstancia.
Un punto a resaltar, que a la fecha no puede señalarse como
una debilidad o fortaleza, es el papel que ocupa y ocupará
el municipio en un programa de estas características. Sin duda
éste es un actor de vital importancia para articular una propuesta
estratégica de este tipo, pero que no debe “municipalizar”
el programa bajo las características de asistencialismo tradicional
subsidiario, como fueron concebidas varias de las iniciativas sobre
microemprendimientos tradicionales.
3.
Elementos constitutivos del concepto de Autoempleo |
Además del diseño de cada uno de los proyectos que se
lleven a cabo, es deseable destacar que existe un hilo conductor conceptual
que se transforma en parte esencial, tanto de la formulación
como de su desarrollo.
3.1 Empresa socialmente eficiente.
Un emprendimiento familiar concebido dentro de este enfoque se explica
desde la eficiencia social que tienen los proyectos y no desde una
lógica empresaria tradicional. En este punto es deseable dirigir
la mirada sobre la retribución a los factores de la producción
de los bienes o servicios que emanen de cada proyecto. La retribución
variable del autoempleado o de los miembros de la familia que participan
tiene sentido si, y sólo si, el costo de oportunidad de cada
uno de ellos es igual a cero por su situación actual de desempleo.
Se podría ejemplificar esta situación del siguiente
modo:
Un autoempleado que produce y comercializa mesas de madera obtiene
una retribución variable según su nivel de actividad.
Supongamos que en un mes determinado este autoempleado obtiene $800.-
netos.
Luego de un estudio de mercado detectó una demanda insatisfecha
de sillas por las que estima una venta de $600.- adicionales. Antes
de ejecutar el proyecto de la producción y comercialización
de dichas sillas, el autoempleado analiza que tendrá un costo
en insumos de alrededor de $400.-, pero para poder cumplir con la
demanda, debe incorporar a la actividad a sus dos hijos mayores -ambos
desocupados-, con una retribución de $100.- a cada uno.
Desde un enfoque empresarial tradicional no resulta ser un negocio
atractivo y rentable ya que como se observa, si tiene como costo directo
en insumos un valor de $400.- y como retribución a cada hijo
$100.-, esa venta de $600.- no le representa al autoempleado ningún
tipo de ingreso adicional a su actividad.
Anexo producción de sillas Costos directos (insumos) ($ 400)
Hijo 1 ($ 100) Hijo 2 ($ 100) Ingresos brutos adicionales $ 600 Utilidad
neta $ 0.00 Ingreso familiar adicional $ 200
Pero los $ 200.- adicionales que son la retribución de sus
hijos, se deben sumar a sus $800.- originales totalizando $ 1.000.-de
ingresos totales para la economía familiar. Mientras el costo
de oportunidad de los hijos por estar desempleados se mantenga en
cero o sea inferior a los $ 100.-, esta actividad complementaria resulta
atractiva en términos de ingresos familiares.
Un enfoque tradicional de evaluación sobre este nuevo anexo
a la actividad original no sería aconsejable, pero sí
desde el punto de vista de la eficiencia social de este proyecto y
del impacto sobre los ingresos familiares. (Si bien este ejemplo es
de una simpleza bastante elocuente, no es menos importante el valor
del concepto y su implicancia práctica sobre los ingresos familiares)
3.2 Un decálogo de preguntas para la formulación
del proyecto:
La manera de formular los proyectos de autoempleo puede tener orígenes
disímiles. En muchos casos responde a saberes previos, formales
o informales, adquiridos en experiencias educativas o laborales anteriores;
en otros, a la disponibilidad de galpones, terrenos, maquinarias,
etc.; o bien, puede basarse en experiencias exitosas de vecinos o
familiares de la misma localidad o de otras. Es muy común que
cuando se les pregunta a los autoempleados cómo habían
concebido la idea de negocio respondan con algunas de estas características.
Para nosotros, lo más importante es que el proyecto diseñado
pueda ser sometido a un decálogo de preguntas, que es circular
y recurrente, tales como: ¿qué? debe hacer, ¿por
qué? lo debe hacer, ¿quién? lo debe hacer, ¿para
quién o quienes? lo debe hacer, cuánto? debe hacer,
cómo? lo debe hacer, cuándo? lo debe hacer, dónde?
lo debe hacer, con qué? lo debe hacer y finalmente ¿para
qué? lo debe hacer.
La experiencia nos indica que en épocas de crisis profunda
como la que atravesamos todas estas preguntas son difíciles
de contestar; no sólo para los autoempleados de actividades
microempresariales, sino también para las tradicionalmente
llamadas pymes. De todos modos es importante resaltar que en los innumerables
Talleres realizados con adultos y jóvenes en las ciudades de
Campana y Zárate, como así también en las ciudades
de Luján, Chivilcoy y San Miguel, entre otras, las consideraciones
evaluadas como prioritarias fueron siempre coincidentes.
Siempre con mayor o menor énfasis dichas consideraciones tuvieron
que ver con la pregunta ¿con qué?, como si el problema
para desarrollar emprendimientos fuera casi exclusivamente el problema
de los recursos para el financiamiento. Aún en épocas
de gran existencia de créditos bancarios y no bancarios, como
con el pleno auge de la convertibilidad en el último trienio
de la década anterior, esta cuestión era considerada
como el mayor de todos los inconvenientes.
No se trata aquí de minimizar el problema del financiamiento
porque sería un profundo error en nuestras consideraciones,
pero no es menos cierto que también se ha transformado en un
escudo muy fuerte que acoraza ideas de negocio que no son viables
o proyectos mal concebidos.
Las preguntas que casi siempre se contestan con un alto grado de precisión
son aquellas ligadas al ¿qué? y al ¿cómo?.
Mejor expresado aún podemos afirmar que en verdad el ¿qué?
siempre representa una consecuencia del ¿cómo?. A modo
de ejemplo se podría graficar que un autoempleado formulaba
una idea de negocio cuyo ¿qué? era producir pizzas,
pero era simplemente porque sabía ¿cómo? prepararlas.
Nuestra mirada al respecto justamente es trabajar en sentido contrario
a lo que los autoempleados que hemos caracterizado deben hacer al
formular su proyecto. De hecho el ¿cómo? es una pregunta
que seguro puede resolverse con un alto grado de eficacia. Lo más
importante es la relación entre el ¿qué? y el
¿para quién o quiénes?, ya que la idea de pensar
críticamente el mercado al que se destina el producto o servicio
es la más difícil de concebir.
La lógica de pensar que el decálogo de preguntas deba
ser circular y recurrente obedece justamente a la flexibilidad de
ir modificando las respuestas a las preguntas anteriores, para formular
así un proyecto que evite tomar decisiones intuitivas o emotivas
que son muy comunes en este tipo de emprendedores. Es muy habitual
que el enamoramiento que se tiene de una idea de negocio fuerce a
intentar contestar todo el decálogo, dejando muchas incógnitas
sin resolver en su totalidad. Si se decidió firmemente por
un determinado ¿qué? porque se conoce muy bien el ¿cómo?
es probable que el estudio de mercado necesario y crítico se
realice de mal modo, siempre imaginando una demanda muy superior a
la realmente existente.
Un apicultor que ama profundamente la labor técnica de ¿cómo?
producir miel o para un agricultor enamorado de las plantas aromáticas,
seguramente intentará por todos los medios contestar el decálogo
desarrollando respuestas casi siempre forzadas para justificar que
su labor es muy rentable.
Por cierto que estas actividades y miles de otras pueden ser rentables,
pero lo que queremos acentuar es justamente la necesidad de estudiar
mucho más profundamente las ideas de negocio que se formulan
para minimizar los supuestos y transformarlos en emprendimientos que
generen ingresos para el autoempleado y su familia. Hete aquí
el valor estratégico de la capacitación permanente y
una asistencia técnica adecuada, especialmente trabajando en
el sistema decisorio de los autoempleados para que puedan visualizar
críticamente cada una de las respuestas que van realizando
al contestar el decálogo.
3.3 La importancia de la asociatividad para el
mejor uso de los recursos.
Cuando este tema aparece como eje de desarrollo, que para nosotros
es fundamental y de hecho lo ubicamos como la columna vertebral de
los proyectos pequeños, es reiterada la negación que
subyace en las personas a formas de asociarse, tanto sean las convencionales
como las no convencionales. “Las medias son para los pies”
es lo primero que se dice y la desconfianza en el/los otro/s aparece
con una convicción que sin dudas tienen raíces muy ancladas
en nuestra historia.
Cada una de las personas que comienza a formular un proyecto de autoempleo
quiere hacerlo con sus máquinas, sus galpones, sus terrenos,
sus herramientas; y de hecho es tan cierto esto, que desde el primer
momento estas cuestiones están presentes y se transforman en
las principales trabas en el momento de concebir una idea de negocio.
Cuando un pequeño carpintero desarrolla una idea y encuentra
una demanda insatisfecha que él puede satisfacer, inmediatamente
quiere adquirir equipamiento y lugar apropiado, lo que casi siempre
transforma el proyecto en inviable porque la magnitud de la inversión
seguramente está fuera de su alcance. Aún si consiguiera
el financiamiento para llevarlo adelante, es probable que no recupere
la inversión debido a que, por un lado, la demanda insatisfecha
se detecta en el presente y la realidad indica que los consumidores
modifican muy velozmente lo que necesitan y, por el otro, porque el
avance tecnológico también reviste una rapidez inusitada.
Ni contar siquiera que los buenos negocios que detectan los autoempleados
son rápidamente copiados por otros pequeños productores
o bien, por empresas medianas o grandes nacionales o internacionales.
“Usar” capacidad ociosa existente en la comunidad a través
de la asociatividad no aparece como posibilidad en la formulación.
La crisis argentina no sólo repercute sobre los niveles de
empleo, indigencia y tasas de NBI, sino también en el ineficiente
uso de la capacidad instalada que abunda por doquier en una localidad.
Compartir aspectos de un negocio con alguien que tenga bajos e ineficientes
usos de galpones, maquinarias, instrumental, etc. puede y debe transformarse
en una forma de asociatividad que mejore ambas posiciones relativas
en situaciones sin proyecto y con proyecto.
Minimizar los costos fijos y mejorar la utilización de la capacidad
instalada en una comunidad es un principio que debe transformarse
en el eje del debate al formular políticas públicas
activas por parte de los municipios, pero antes, debe asumirse como
un concepto internalizado en los autoempleados en el momento de concebir
una idea de negocio.
Otra forma de idear un proyecto asociado a otro/s autoempleado/s es
distinguir en qué parte de la cadena de valor puede participar
uno y en qué parte otro. La experiencia indica que las personas
que quieren iniciar una actividad la conciben en forma completa ellos
solos como unidades de producción, fraccionamiento, envasado,
distribución, comercialización, los procesos técnicos
necesarios en cada parte de la cadena, etc..
Sin dudas no está presente en el imaginario colectivo la asociatividad
como concepto, ni siquiera como posibilidad eventual. El tiempo que
demandaría trabajar una modificación de estas formas
culturales arraigadas no está acorde con las respuestas que
requiere el contexto actual y no puede realizarse de a poco y en forma
adaptativa. Menos aún en los desempleados que encontrarán
en el autoempleo su fuente de ingresos, porque justamente es el tiempo
la variable más importante que hay que contrarrestar.
Ahora bien, la constitución de una red de autoempleados que
les permita vincularse y que cree las condiciones necesarias para
articular saberes y recursos es la forma más rápida
y eficiente de mitigar las formas culturales arraigadas. Muchos opinan
favorablemente al respecto, pero pocos concretan este deseo de una
red articulada y que cumpla con los objetivos que se persiguen.
3.4 Hacia un “compre de trabajo local”.
A la red de autoempleados que vincule saberes y recursos debe agregarse
un desafío de las políticas públicas de los municipios
y regiones relacionado con la necesidad de desarrollar mercados comunitarios
bajo la concepción del “compre de trabajo local”.
Comprar “trabajo local” no solamente implica adquirir
bienes y servicios que se comercializan dentro del territorio. A esta
demanda que normalmente las cámaras de comercio locales han
dedicado esfuerzo con campañas imaginativas y, en algunas oportunidades,
hasta con medidas de fuerza - como por ejemplo para impedir la instalación
de hipermercados, centros comerciales, etc.-, hay que incorporarle
la idea de que el origen de la producción de los bienes y servicios
también debe ser local.
Este quizá sea el punto más discutido y álgido
de nuestro enfoque, pero es imprescindible esgrimir algunas razones
que creemos conveniente destacar en este punto. La defensa corporativa
del comercio local tradicional, si bien defiende fuentes de trabajo
de vecinos de la ciudad, muchas veces ha implicado sobreprecios o
ausencia de calidad que también deben asumir los propios consumidores
locales. La forma tradicional en muchos casos consistía en
adquirir mercaderías producidas en otros distritos y comercializarlas
en el lugar, lo que sólo permitía realizar una parte
de la cadena de valor, pero con las características señaladas.
Para esta función tradicional, que es de vital importancia
para el desarrollo local es necesario trabajar sobre aspectos ligados
a la competitividad y mejorar la calidad del servicio que se presta.
Si bien serían útiles instrumentos públicos locales
que favorezcan esta situación, como por ejemplo: Tasas municipales
diferenciales, capacitación permanente, facilidad en la gestión
de trámites, articulación competitiva por rubros, etc.,
no es objeto de análisis en nuestro enfoque.
El “compre de trabajo local” implica en nuestro estudio
alentar y desarrollar actividades productivas y de servicios realizadas
localmente. Por ejemplo: si un comercio de zapatos con algún
punto de venta en la ciudad adquiere los mismos en otras localidades,
esta situación se parece más a la señalada; pero
si ese comercio produce localmente los zapatos, es éste el
que debe ser objeto de acciones públicas directas. Mucho más
aún si se trata de un emprendimiento familiar.
En una economía empobrecida y con un altísimo porcentaje
de desocupación y subocupación deben ser los instrumentos
públicos los que deben actuar favoreciendo estas actividades.
Por otra parte, existe un prejuicio muy fuerte sobre estos emprendimientos
pequeños en aspectos ligados a la calidad de producción,
a los precios finales o al alto grado de informalidad de los mismos.
Esto es cierto en tanto y en cuanto la producción familiar
se realice sin controles como finalmente pasa, más allá
de los deseos o no los actores públicos, cuando la crisis económica
está presente. De hecho la aparición de los clubes del
trueque o la innumerable cantidad de actividades productivas que nacen
con la crisis es una muestra de ello.
Es imprescindible adecuar instrumentos de política pública
a esta nueva realidad. En la mayoría de los casos la producción
familiar de baja calidad y sin controles realizada por personas desempleadas
se corrige rápidamente con formación y capacitación
permanente, con asistencia directa y con instrumentos comerciales
que promuevan espacios de economía social local.
4.
Impacto del programa realizado desde O.D.S. |
Desde ODS y en el marco del Plan Alentar oportunamente citado, se
realizó una actividad con adultos, persiguiendo los siguientes
objetivos:
Contextualizar el desarrollo de experiencias productivas y/o comerciales
de Autoempleo para que los mismos puedan aprovechar las ventajas comparativas
y competitivas existentes.
Fomentar la cultura emprendedora y la capacidad de resolución
de los problemas técnicos y/o comerciales que se presenten
en los emprendimientos.
Fortalecer y desarrollar la innovación mediante talleres específicos.
Procurar el desarrollo de las capacidades comerciales de los emprendedores.
Para alcanzar estos objetivos se estructuró un programa integral
que incluía tres aspectos básicos: capacitación
mediante talleres, asistencia técnica a cada emprendimiento
y microcréditos para insumos.
4.1 Programa de capacitación
El programa de capacitación consistió en:
Taller 1: Análisis de escenarios. Oportunidades de negocios
en la crisis. Diseño para una formulación de proyectos
adecuada.
Taller 2: Creatividad aplicada a la formulación de proyectos.
Análisis y estudio de mercado. Diseño de una investigación
comercial al alcance de un autoempleado.
Taller 3: Análisis y estudio de mercado. Producto, Precio,
Plaza y Promoción. La importancia del Posicionamiento en los
proyectos de autoempleo.
Taller 4: Manejo del capital de trabajo. Costos. Punto de equilibrio.
Marcelo D. Busalacchi 19
Programas de Autoempleo Taller 5: Manejo del capital de trabajo. Costos.
Punto de equilibrio.
Taller 6: Estrategias de financiación en la crisis. Asociatividad
como filosofía a partir de redes.
Taller 7: Comunicación y redes asociativas. Comercialización
en red.
Taller 8: Marco normativo vigente. Encuadre dentro de los parámetros
de la legislación nacional, provincial y municipal.
En una segunda etapa se completaron, por las características
de los participantes, temas tales como: Envases, cadenas de distribución
y comercialización, comunicación y redes, además
de una nueva mirada sobre los costos.
4.2 Microcréditos
También se asistió técnicamente a los emprendedores
y se los apoyó con microcréditos para insumos o requerimientos
especiales por cada proyecto. La nota a destacar aquí es que
el sistema de otorgamiento se decidió en conjunto por tres
Instituciones: Representantes del Plan Alentar de Siderca Tenaris,
representantes de Cáritas Diocesana Campana-Zárate y
representantes de O.D.S.
Los microcréditos tienen una devolución en productos
de los mismos emprendedores que son entregados semanalmente a Comedores
Comunitarios a precios de venta al público, es decir, el autoempleado
no sólo que no paga un interés por el préstamo,
sino que además al devolverlo en productos a precios de venta
obtiene una ventaja que depende de la eficiencia con la que esté
desarrollando la actividad y los márgenes de rentabilidad de
cada una de ellas. En el caso que el autoempleado no pueda devolver
con productos propios -por no ser requerimientos de los comedores
comunitarios- como por ejemplo: Reparación de lavarropas, debe
devolverlo con productos de otros emprendedores de la propia red,
tal es el caso de pastas frescas. Este último emprendedor se
ve beneficiado con el funcionamiento del sistema y se fortalece su
emprendimiento.
Estos microcréditos tienen la particularidad además
de no exigir ningún tipo de garantías a los autoempleados
ya que se trata de “acuerdos de confianza” entre las instituciones
y el mismo. ( La expresión “acuerdo de confianza”
refiere a la idea de que el autoempleado que sabe que hay un comedor
comunitario esperando su devolución en productos para alimentar
a niños o a adultos carecientes, constituye un peso moral muy
fuerte. Hasta la fecha de edición del presente la cobrabilidad
de los mismos resulta óptima)
Una primera evaluación permite identificar los siguientes puntos
fuertes y débiles de los emprendimientos en curso formulados,
reformulados y desarrollados desde ODS y dentro del marco del Plan
Alentar tales como:
Puntos fuertes
Contención de los participantes e incorporación de herramientas
de gestión absolutamente desconocidas por los mismos.
Desarrollo de habilidades y aptitudes que se encontraban aletargadas
por la presión asfixiante del contexto general del país.
Confrontación de ideas de negocio con la realidad concreta
para visualizar su inserción en el contexto actual y desarrollar
estrategias competitivas.
Comprensión de la multiplicidad de factores a tener en cuenta
en los emprendimientos de autoempleo.
Puntos débiles
Persistente desconfianza en la asociatividad atribuible a aspectos
culturales muy internalizados desde hace muchos años.
Enfoque muy arraigado en aspectos productivos y con más debilidad
en cuestiones comerciales, no porque no los hayan incorporado conceptualmente,
sino porque en la praxis concreta pesa más el cómo?
que el para quién?.
Condiciones de inicio de emprendimientos muy precarias. La mayoría
arrastra deudas personales y/o familiares que inciden en sus emprendimientos
tales como: Cortes de luz, de gas, de teléfono, desalojos,
etc..
Frecuencia de encuentros en los Talleres. Se observa que cuanto menor
es el tiempo de contención por los profesionales a cargo de
la capacitación y la asistencia técnica, mas dificultades
atraviesan los emprendimientos.
Para un análisis más profundo se presenta una mirada
que los subdivide en cinco grupos de interés. Se recuerda que
no hubo ninguna selección previa en la convocatoria de los
Talleres en curso.
1. Personas desocupadas que nunca habían iniciado ninguna actividad
independiente de este tipo, pero que tienen condiciones básicas
resueltas (lugar, servicios, etc.) y fuerte arraigo de la cultura
del esfuerzo y la responsabilidad.
Este tipo de emprendedores es el que más resultados tiene y
que ha incorporado mejor las herramientas suministradas, aunque les
cuesta todavía instrumentar aspectos de asociatividad.
2. Personas desocupadas que nunca habían iniciado emprendimientos
pero que tienen urgencias no resueltas de hábitat, servicios,
etc. y con mayor debilidad en la comprensión del esfuerzo y
la responsabilidad.
Este grupo ha incorporado conocimientos técnicos, pero aún
adolece de actitud y cultura emprendedora como nosotros la concebimos.
Parten de condiciones muy elementales, aunque se muestran progresos
dispares según proyecto.
3. Personas con débiles emprendimientos existentes anteriores
al ingreso al programa, con sentido de responsabilidad y cultura del
esfuerzo.
Este grupo es el de mayores logros a la fecha. Si bien se deben fortalecer
aspectos específicos tales como: Marca, calidad, asociatividad,
etc. son los de mayor progreso.
4. Personas con débiles emprendimientos existentes anteriores
al ingreso al programa, con bajo sentido de la responsabilidad y del
esfuerzo que esto demanda.
Han incorporado herramental técnico y están siendo contenidos
en estos momentos de fuerte crisis. Poseen una importante cultura
del subsidio y esperan resoluciones que no están dentro de
los objetivos del Programa.
5. Personas desocupadas que tienen resueltas condiciones mínimas
de hábitat pero que aún no iniciaron emprendimientos
porque continúan estudiando su proyecto.
Este grupo no puede medirse aún con resultados, ya que es la
actitud y el contraste con la realidad el que va a determinar el grado
de éxito o fracaso. No obstante, son los que más solicitan
asistencia técnica lo que muestra un gran compromiso con su
destino futuro. Se supone que un mercado más activo generado
con cierta regularidad puede iniciar más cantidad de emprendimientos.
5. Conclusiones y Propuestas
Este documento de trabajo nos permite acercar algunas reflexiones
de tipo preliminares enmarcadas en la convicción de que es
imprescindible la acción directa de los gobiernos locales,
articulando políticas de intervención en conjunto con
el sector privado y otras organizaciones de la sociedad civil, para
mitigar los efectos destructivos del desempleo en adultos.
La asistencia con subsidios directos en este segmento de la población
nos lleva inexorablemente a un camino de asistencialismo permanente
cuyos costos públicos son superiores si se los considera adecuadamente,
además de reforzar un clientelismo político éticamente
inaceptable en una sociedad moderna. Ese adulto sin empleo, con dificultades
psicosociales pronunciadas, sin esperanza y con un resquebrajamiento
familiar que avanza día a día redunda en mayores costos
públicos para el propio municipio, ya que son varias las “ventanillas”
(Se entiende por esta expresión que estas personas recorren
varias dependencias públicas intentando encontrar repuestas
a sus necesidades) públicas y de organizaciones comunitarias
que deberán estar abiertas para su asistencia y la de su familia.
El camino del autoempleo y el desarrollo de emprendimientos familiares
puede ser una herramienta importante para el desarrollo socioeconómico
en comunidades locales y son varias las experiencias exitosas en el
país y en el mundo (Algunas ciudades de Brasil, de Centroamérica,
de Europa son ejemplos elocuentes de experiencias similares).
No es pretensión de este trabajo minimizar la importancia mayúscula
que tienen las políticas de desarrollo económico a nivel
de Bloques regionales, nacionales o provinciales, sólo se desea
destacar que también en las comunidades locales hay que formular
estrategias activas de intervención. Los planes de desarrollo
estratégico de ciudades o más recientemente, los planes
de competitividad territorial con agencias de desarrollo iniciadas,
son buenos puntos de partida para planificar y anticipar el futuro,
y uno de los focos debe ser la población adulta con problemas
de ingresos por falta de actividad.
Los desafíos también incluyen otros aspectos que se
señalan en estas líneas tales como: la educación
y formación permanente en adultos, la formulación de
redes productivas y comerciales que permitan la existencia de mercados
comunitarios articulados con productores locales, la promoción
con instrumentos públicos eficaces, el fortalecimiento permanente
de organizaciones de la sociedad civil, la formación de capital
social por parte de las empresas, etc.
La falsa dicotomía entre políticas económicas
eficientes y políticas sociales focalizadas debe diluirse dentro
de las comunidades locales e ir transformándose poco a poco
en estrategias de desarrollo articuladas y sostenibles.
Otro debate pendiente que tenemos en nuestro país para los
próximos años es sin duda el rol del Estado en sus tres
instancias: nacional, provincial y municipal. No del estilo ensayado
en la década de los 90’, que redundó en reformas
importantes - pero con claros beneficios sectoriales y mayormente
atravesadas por episodios discutibles e incluso judiciables-, sino
de políticas consensuadas a través de procesos democráticos
y participativos mejor diseñados que puedan establecer con
claridad los objetivos perseguidos, donde “el carro no esté
delante de los caballos” como ocurre en varias dependencias
públicas.
A niveles locales, la municipalización excesiva (El concepto
de municipalización excesiva intenta expresar que muchos problemas
de índole pública terminan siendo resueltos por las
propias estructuras municipales, debido a que existe una firme tendencia
a pensar que por cada problemática debe existir una oficina
que la atienda) a través de estructuras altamente ineficaces
puede minimizar procesos de desarrollo regional, dificultando la gestión
de gobiernos locales con mayores bases de legitimidad e integrados
con el resto de los actores sociales.
El futuro se promueve con actores dinámicos que participan
y deciden mediante la construcción de consensos estratégicos
conseguidos en procesos de planificación participativa. Forjar
cultura emprendedora en personas adultas para el desarrollo de emprendimientos
individuales o familiares es todavía una asignatura pendiente
que creemos debe ser una parte importante de la agenda local, aunque
ya nos sintamos partícipes en pequeña escala a partir
de nuestra experiencia.
Fuentes
y bibliografía
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de 1999.
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Miño y Dávila Editores. Noviembre de 1999.
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en Argentina". Oscar Altimir, Luis Beccaria. Julio de 1999.
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con Valores". IAE Universidad Austral. 2002.
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"Cómo planear los negocios en el nuevo contexto".
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"En pos de la Equidad". Llach Juan José, Montoya
Silvia. IERAL. Buenos Aires. 1999.
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